xvii. moon over bourbon street

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capítulo diecisiete: luna sobre la calle bourbon

capítulo diecisiete: luna sobre la calle bourbon

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El auto se aproximó hasta unos metros lejos de la cabaña en donde, a sus alrededores, se hallaban residiendo los lobos desde hacía un mes. Mientras salía del auto podía ver a los niños jugar y hasta algunos adultos estar reunidos charlando un poco, extrañamente se sentía cómoda, ciertamente durante esas cuatro semanas había estado visitando el Bayou de vez en cuando para revisar a Hayley —quien se negaba rotundamente en regresar al complejo— sin embargo, sus visitas terminaban tan pronto como Irhina decidía volver de sus paseos.

Alexandra estaba negada a conocer más sobre la historia desde el día que supieron la verdad. La confianza que una vez había tenido sobre la señora fue borrada por completo desde aquel momento. Alexandra no podía pensar otra cosa que no fuese que la Anciana hubiese hablado desde un principio muchas cosas se hubiesen prevenido, sin importarle si eso iba en contra de la voluntad de sus padres biológicos.

Hayley, a diferencia, había estado escuchando todo lo que Irhina tenía para decirle, por lo que ciertamente ahora sabía más de su vida, hasta el punto de entender el abandono de sus padres, ella también haría lo que fuera para proteger a su hijo no nato. Podía sentirse relacionada.

Con la mano sobre su vientre pudo ver llegar a Alexandra desde el cobertizo de la cabaña. Desde el día que decidió habitar en el Bayou, Irhina la acomodó en la cabaña e incluso la había estado guiando en sus últimos meses de embarazo. La mujer lobo le sonrió para cuando vio como la chica se acercaba a rodearla con sus brazos.

—Cada vez que te veo estas más grande —dijo entre risas mientras se separaba del abrazo. Posó la vista sobre el abultado vientre de la lobo quien le otorgó una sonrisa grande en respuesta —. Espero que no te esté dando problemas.

Hayley sacudió su cabeza en negativa —. Ella es muy tranquila, disfrutemos eso mientras aún no sale del saco. —expresó. Alexandra soltó una suave risa al respecto, ciertamente esa tranquilidad iba a desaparecer en cuanto la bebé naciera o eso era lo que propiciaba la misma Hayley cada vez que el tema salía a la luz. 

—¿Qué noticias me tienes de la ciudad? —preguntó mientras la bruja aún tenía las manos sobre la panza de la mujer lobo, pero al escuchar las palabras se separó lentamente para cruzarse de brazos levantando la mirada con la misma lentitud —¿Tan malo es?

—No tengo ni idea —respondió. Seguido suspiró posando su mirada sobre las personas que se hallaban alrededor de la cabaña, los lobos se habían asentado ahí después de que tomaran la cura de la maldición —. Como te dije la última vez, salgo antes de que el sol aparezca y regreso para cuando se que es muy tarde como para que discutan conmigo.

¹ 𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | Klaus Mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora