Capítulo 12

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Lena

Son las 7 de la noche y hemos llegado a una fiesta que encontré en Facebook. No estoy orgullosa, pero tenía que asegurarme de que no hubiera gente de la escuela por lo de la regla. Entonces entré a "eventos cerca de ti" y voilà, aquí estamos.

Es una casa bastante grande, repleta de gente de nuestra edad, o más bien de la edad de Jake. Me lleva algo así como dos años y seguramente todos a mi alrededor también.
Pensé en una fiesta porque simplemente es el mejor lugar para pasar un buen rato con alguien, además de que mi única esperanza de asistir a una repleta de desconocidos es siendo acompañada por alguien como él. Y nunca está de más cambiar de aires.
Veamos cómo se divierten los chicos del North Hills.

Igual, está de más mencionar que muero por saber lo que se siente ser la cita de Jake Harvey.   

(...) 

Cruzamos por el césped hasta llegar a la puerta y gracias al cielo no nos preguntan nuestros nombres. En cierto modo, temía que fuera un evento privado. Por otro lado, en la era de las redes sociales esas cosas ya no existen.

—¿En qué consiste mi trabajo esta noche? —pregunta Jake cuando estamos frente a la barra de bebidas.

—No lo sé. —Me encojo de hombros y suelto una sonrisa—. Deleitarme con tu presencia —bromeo tomando un vaso y desenroscando uno de los enormes refrescos.

Sin embargo, de pronto se acerca bastante a mí para apartar el envase de mis manos con delicadeza. 

—Creo que servir bebidas es la esencia del esclavo —argumenta comenzando a servir mi vaso amablemente.

En realidad es lo más perfecto que pudo haber hecho. Sin duda, mi sonrisa tardará en irse.

—¿Pongo algo más? —pregunta, tocando las botellas de alcohol como si fueran fruta prohibida. Probablemente piense que por ser más pequeña que él necesita preguntar antes de servir algo, quizá piense que yo no tomo.

Lo mejor es que está en lo correcto.

—Tengo partido mañana —digo negando con la cabeza y tomando el vaso. Puedo ver en su mirada expresiones que van desde la sorpresa hasta la duda.

—¿Partido? —arruga las cejas antes de volver a tapar el refresco.

—Fútbol —asiento con gracia y decisión. Él tan solo me sigue mirando—. ¿Qué? ¿No parezco ese tipo de chica?

Entonces comienza a reír y estira las cejas.

—No lo sé, solo soy un esclavo —se excusa, tomando otro vaso y un distinto refresco para servir en él. Cuando ha terminado, me recargo sobre la encimera.

—No te limites. —Señalo su bebida libre de alcohol—. Que yo no tome no significa que espere que tú no lo hagas.

—No lo haré, un esclavo necesita de sus cinco sentidos para dar un buen servicio. —Levanta su vaso y da un pequeño trago. Como todavía no hay demasiada gente podemos conversar sin interrumpciones en esta lúgubre cocina. «En serio, podría ser mucho más bonita»—. Entonces... ¿No tomas?

Su repentino interés comienza a llenar mi frío corazón de calidez, además de iluminar mis ojos.

—Veamos, siempre tengo partido los sábados —respondo, dando a entender mi clara preferencia por el deporte... y por hablar con él de lo que sea—. Y no, en general no me gusta.

Jake comienza a asentir con la cabeza en señal de aprobación.

—Tú muy bien —afirma, acercando su vaso al mío para brindar por mi sobriedad. Yo me río y sigo el juego.

¿Quién da más por Jake Harvey? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora