Capítulo 25

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Bethany

Después de 20 minutos manejando por una avenida poco concurrida, llegamos a una calle llena de luces y carteles fluorescentes donde Jake estaciona el auto.
En cuanto bajo, a mi alrededor se abren paso una gran cantidad de bares, restaurantes y clubes de todo tipo. Desde grandes antros hasta pequeñas cantinas donde imagino a señores panzones cantando a todo pulmón con cervezas en la mano.

Si la vida nocturna tiene un corazón, sin duda es aquí donde se encuentra.

—Tú eliges —dice Jake una vez que ha entregado las llaves al valet parking, colocándose junto a mí mientras observo a mi alrededor.

Antes de contestar comienzo a caminar por la calle empedrada y continuamos de este modo durante algunos minutos.

—No tengo ni la más mínima idea —suelto cuando estamos frente a un restaurante japonés lleno de oficinistas.

—¿Qué tipo de gente quieres conocer? —pregunta en broma, observando a la clientela del restaurante enfrente de nosotros.

«A ti»

—¿Sabes qué? Realmente no importa tanto... —«Realmente no quiero conocer gente, solo lo dije por estúpida».

—Ven, te llevaré al mejor lugar para lograr tu cometido —dice Jake colocando una mano sobre mis hombros para guiarme en dirección contraria.

«¿Mi cometido...?»

En unos minutos entramos a un lugar llamado "Hall", mismo que nos recibe bajo el calor de una tenue luz amarilla y la sombra de mucha gente abriéndose paso por el lugar. A mi derecha hay una barra inmensa que llega desde la entrada hasta el otro lado del bar. 

—Aquí se puede hablar, la música no se apodera de todas las conversaciones y además... —dice Jake acercándose a una especie de recepción donde una joven nos recibe con cara de pocos amigos.

—¿Verde, naranja o rojo? —pregunta mecánicamente y por un momento pienso que nos está dando a elegir entre tres tipos de droga o algo por el estilo.

Entonces Jake toma dos pulseras verdes y simplemente agarra mi brazo para rodear mi muñeca con una de ellas.
Cuando lo hace me veo obligada a respirar profundamente. Además, estoy casi segura de que cerré los ojos por un momento con el propósito de simplemente sentir el calor de sus manos.

—Verde es para "estoy disponible y buscando" —explica cuando ha terminado de colocar mi pulsera. Por supuesto que mi corazón comienza a agitarse arritmicamente por la mentira que le he hecho creer. No estoy buscando nada, no quiero nada. ¿Podemos irnos ya?

No obstante, es cuando él comienza a amarrar la suya que mi pecho se hunde por completo.

—Igual así no pensarán que estamos juntos —dice antes de terminar de colocarla.

Bueno, ahora es mi existencia completa la que cae al abismo. 

«Corre, Bethany, vete de aquí»

—Tu bolsa —dice la señorita antes de dejarnos pasar.

Casi sin mi permiso comienza a revisarla y saca mi botella de agua, seguido de mis pastillas para el dolor de cabeza.

—¿Disculpe...? —protesto con un creciente nerviosismo apoderándose de mi cuerpo—. Eso lo necesito.

—No pasan —dice antes de depositar mis cosas en una canasta—. Puedes recogerlas a la salida.

—No, yo...

Por alguna razón mi respiración comienza a agitarse y mis manos pierden un poco de sensibilidad mientras intento imaginar con claridad lo que podría pasar si no llevo conmigo esas pastillas.
Si la cabeza comenzara a dolerme en la siguiente media hora, tendría cuando mucho otra hora para tomarlas antes de que el dolor incrementara tanto que fuera irreversible y arruinara por completo mi noche.
Sin embargo...

¿Quién da más por Jake Harvey? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora