Bethany
No sé qué tan inteligente fue la decisión de venir aquí. Digo, ni siquiera está Jake y yo soy demasiado torpe para estas cosas.
No que no sea capaz de pensar o resolver lo que sea que tengamos que resolver, pero el trabajo en equipo simplemente no es lo mío.
Proponer, innovar, tomar riesgos enfrente de las demás personas... Simplemente no quiero que las palabras salgan de mi boca y les siga un enorme silencio.Por eso prefiero no participar a no ser que esté completamente segura de mi aportación. Y como éste es un juego de rapidez, digamos que comprobar al 100% la utilidad o veracidad de mi contribución me llevaría más de 10 minutos.
Por lo tanto, definitivamente prefiero quedarme callada.No tardan en darnos una pista por medio del pequeño radio que nos proporcionaron, la cual nos lleva a una lámpara encima de la chimenea.
No sé si existe un propósito debajo de la suciedad de este lugar, pero el polvo entra por mis fosas nasales en cuanto toco la tela que cubre al foco.
Todo en este lugar parece demasiado antiguo y al mismo tiempo escalofriante.No tardo en encontrar una hoja bastante decolorada sujeta al interior de la pantalla de tela color guinda.
Sin embargo, pronto Cove la arrebata de mis manos como si su vida dependiera de ello.
Sé que probablemente no debería de tomar todo tan personal, pero no puedo evitar sentir cierta rabia.Pronto la chica comienza a leer la nota y todas la escuchamos con atención. Probablemente no exista tal cosa como el protagonismo en este juego, pero sin duda ella intenta llevárselo.
—Gotas de lluvia caen en... —dice Cove intentando descifrar la tinta, pero le resulta un poco difícil terminar la oración.
Ahora es Zelda quien se acerca y toma la hoja.
—Déjame entrar —dice mirándonos de una en una después de leer la nota, pasando sus ojos lentamente por toda la habitación. En verdad siento escalofríos y puedo asegurar que es por la manera en que mi amiga pronuncia esas últimas palabras.
—¿Eso dice? —pregunta Lena acercándose un poco más—. ¿Déjame entrar?
—No alcanzo a leer el resto, pero sí.
Todas asentimos en señal de que intentamos descifrar el significado.
«Gotas de lluvia»
—Tendrá que haber una puerta —dice Cove comenzando a moverse por el lugar. Empieza por la chimenea, luego el piso, después las paredes.
—Espera —exclama Lena colocándose frente a ella y tocando su hombro para detenerla—. ¿En qué momento acordamos que íbamos a "dejar entrar" a un ente del más allá?
—Lena es un juego, sin duda debemos encontrar una puerta —suelta Zelda rodando los ojos antes de ponerse en marcha.
—Sin duda debemos ser más inteligentes —responde sin pensarlo ni un segundo—. Los que persiguen al fantasma al otro lado de la puerta terminan muertos.
—Solo es una pista, no tenemos que "dejar entrar" a nadie —contesta Cove—. Quieren que encontremos una puerta.
—Yo no estaría tan segura —repite Lena.
«Gotas de lluvia»
Por Dios, tiene que ser.
Las chicas siguen buscando y yo me aproximo a Zelda para compartirle mi idea, a ver qué opina ella.
—¿Será la ventana? —le pregunto en espera de la confirmación, aunque yo esté bastante segura. En realidad no entiendo por qué todas omitieron la primera parte de la nota y decidieron escuchar solamente lo más llamativo de la oración.
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¿Quién da más por Jake Harvey? ©
Novela JuvenilLa subasta comienza... ¡AHORA! En White Stone High los estudiantes de último año están dispuestos a todo con tal de juntar dinero para el mejor viaje de graduación que la recaudación de fondos les permita tener. Por suerte para ellos, en el coleg...