Capítulo 14

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Cove

Hoy debo ir a la oficina de mi mamá para llevarle una caja que dejó en casa desde que llegó la mudanza. Al parecer ella no estará ahí el día de hoy pero necesita entregar lo que sea que contenga.

«Qué interesante manera de pasar el sábado por la tarde»

Tomo prestado el carro de mi hermana y salgo del garaje con mucho cuidado. Honestamente no me gusta manejar pero debo hacerlo.
Cuando estoy a medio camino mi teléfono comienza a sonar y empiezo a ponerme ansiosa. Por obvias razones decido no contestar.
Continúo manejando pero el celular sigue tocando la melodía.

«¿Por qué me hacen esto?»

«No ven que la niña se pone nerviosa y aparte deciden exponerla a estas situaciones»

Al final consigo calmarme y encontrar un lugar donde detener el carro. Cuando contesto el teléfono me sorprende quién está al otro lado de la línea.

—¡Cove! —grita Lena con todas sus fuerzas.

—Lena —contesto riendo por su intensidad.

—¿Recuerdas que me habías dado tu fin de semana? —pregunta con ansias.

Se refiere a Jake, claramente. 

—Es todo tuyo.

—Sobre eso... —Se aclara la garganta—. No voy a poder hoy, a mis papás se les ocurrió la magnífica idea de ir a cenar y en la mañana tuve partido. Te regreso tu sábado.

—Vaya, qué buena oferta —río de nuevo por la seguridad con la que afirma absolutamente todo.

—Es en serio —asevera tras escuchar mi risa.

Lo más gracioso es que seguramente me avisó solamente porque quiere que le dé otro de mis días a cambio.

—Está bien, Lena, te cambio el día —respondo, estacionada en un andén.

En realidad no me parece nada mal tener por lo menos un sábado con él. Lo mejor es que ni siquiera lo tuve que pedir.

—Me caes bastante bien, Cove —dice al otro lado de la línea antes de colgar el teléfono.

Antes de volver a ponerme en marcha decido mandarle un mensaje a Jake para que me encuentre en la oficina de mi mamá. Sin embargo, esta vez espero verlo para algo más que cargar cajas. Simplemente será el pretexto y después se me ocurrirá algo.

(...)

—¿Más cajas? —pregunta Jake cuando llega a la recepción. Yo sonrío por su clara decepción.

—Más cajas —afirmo poniéndome de pie y colocándola en sus manos.

—De acuerdo, suena bien —asiente, intentando sonar verdaderamente convencido.

—Claramente no suena bien, puedes dejar de fingir ser un esclavo sonriente —bromeo aludiendo a su actitud y entonces ríe—. Pero esto será bastante rápido y luego podemos hacer algo más.

—Eso sí suena bien —contesta con sinceridad y convicción.

Entonces Jake comienza a caminar hacia el elevador y de pronto mi corazón empieza a agitarse. No alcanzo a impedir que toque el botón ni a encontrar una razón convincente para hacerlo.
Por lo tanto, antes de que se abra el aparato me acerco y comienzo a tensar mis músculos, así como respirar demasiado rápido.

«Por favor no ahora»

¿Estás bien? —pregunta Jake sin siquiera dudar que algo va mal. Creo que nadie se había dado cuenta tan rápido.

¿Quién da más por Jake Harvey? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora