Capítulo 1

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Porque cada historia merece ser contada.

Lena

Así que... éste es el plan: romper mi alcancía y esperar que mi trabajo en Burger King haya dado sus frutos.

Y sí, el dinero podría salir normal, sin necesidad de romper nada. Ya saben, abrir el candado y ya está. Pero lo mío es el dramatismo. Así de simple.

He ahorrado cantidades masivas de dinero desde hace dos meses con un único fin; Jake bebé Harvey.

Pero obvio, ¿recuerdan cómo les dije que no era necesario más que abrir un candado para sacar el dinero? Pues eso estaba demasiado claro para mi subconsciente, y sus mañas se encargaron de dejar en evidencia mi poca capacidad para llevar a cabo el verdadero acto de ahorrar.

Aunque sea para Harvey. 

Sin embargo, prometo tirar en la cara esos tres estúpidos Starbucks en los que no debí gastar mi dinero a quien se digne a rebasar mi oferta.

«Mismo que nadie hará»

Por favor, yo vivo para esto. He esperado todo un año para que comprar a Jake sea por fin una opción.

«El amor no se compra» Blah, blah, blah, tonterías.
En White Stone High sí y punto.

Pero vamos a aclarar una cosa: yo estoy invirtiendo en mi futuro. Un futuro con Jake Harvey.

¿Me van a decir que si su crush estuviera a la venta no lo comprarían?
A la mierda con aquello de esperar a que se fije mágicamente en ti mientras camina por el pasillo.
¡Eso no va a pasar! Es una tontería esperar. Yo soy de hacer que las cosas pasen. Y lo harán.
De todos modos, me gusta cuidar mis apariencias (aunque ya no pueda hacer mucho por convencerlos de eso), y no quiero que se lleven la idea equivocada de Lena McDale.
Bien, sí, Jake Harvey saca lo peor de mí. Pero eso es porque en verdad me gusta. Y mucho.

Mis amigas llevan meses preguntándome por qué no simplemente me acerco a él si me es tan fácil ganarme el corazón de los chicos de mi generación.

«Porque sí, es muy fácil»

Tan solo unas miradas coquetas y ya está.
Soy popular, la estrella del equipo de fútbol femenil y tengo amigas a más no poder.

Lamentablemente, la popularidad no rebasa los límites entre cuarto y sexto grado.
Para Jakey soy solo un planetita más girando alrededor de su sistema solar. Qué va, yo no llego a planeta, soy solo polvo cósmico flotando torpemente junto con muchas otras que también lo son.

Pero, repito, ¿para qué desgastarse cuando se tiene la posibilidad de tenerlo por dos semanas para ti solita?

No me iba a poner en la posición de todas las ridículas que chocan contra él y tiran sus libros con la esperanza de comenzar su novela romántica.
¿Sabían que la historia se convierte automáticamente en bestseller juvenil si compras al chico y se enamora porque descubre que eras todo lo que estaba buscando?

Lo demás ya está muy usado y esto es perfecto, piensen en eso.  
O mejor no, no lo hagan.

Lo bueno es que de una manera u otra, ya me adelanté. Y vaya que debe gustarme para haberme puesto a trabajar en verano.
Por lo general las subastas terminan en los 50 dólares. Y yo tengo por lo menos 100.

«Es que en serio me gusta, maldita sea»

(...)

Solo para asegurarme, corro a las puertas de la cafetería para confirmar que al direc Franz no le entró un impulso de viejo prepotente. Quiero estar segura de que no ha cancelado la subasta. De por sí ya es bastante extraño que permitan algo así.

¿Quién da más por Jake Harvey? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora