Capítulo 1

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El sol se encuentra a media hora de ocultarse, el atardecer es digno de un caluroso día de primavera, el problema es que estamos en otoño y justo en día de brujas.

A diferencia de los otros años, el día nos había jugado chueco con el clima; hacía tanto calor por el medio día que el maquillaje de muchos se estaba derritiendo en sus rostros, haciendo que de una calavera demoniaca terminaran pareciendo tiernos pandas.

Sin embargo el calor se está marchando al fin.

Me detengo un momento a mirar el cielo, es maravilloso mirar los colores del atardecer, esos colores que cualquiera quisiera tener en latas de pintura para hacer cuadros de más atardeceres.

—Lía — Jason posa una mano en mi hombro, haciendo que me sobresalte y salga de mis vagos pensamientos —. ¿Todo bien?

—Sí, sólo miro el atardecer — explico girando y poniéndome de frente a él.

—Entraremos ya — informa.

—¿Lía está de distraída otra vez? — Kate se acerca a nosotros con las manos metidas en los bolsillos de la chamarra de mezclilla que lleva puesta, la rubia tiene una paleta dentro de la boca mientras nos mira.

—Estaba mirando el cielo — m excuso encogiéndome de hombros.

—¿Cuándo no? Te encanta verlo como si fuera a caerte algo de el por hacerlo tanto.

Chasqueo la boca y me volteo dándole la espalda, en los pocos segundos que perdí de vista el sol se encuentra más naranja y las nubes comienzan a teñirse de rosa y morado.

Escucho como Kate y Jason charlan de los chicos que no paran de mirarla, él suelta una carcajada burlándose de ella, y seguido de eso escucho como le suelta una palmada en la espalda.

Recorro por última vez el paisaje con la mirada antes de dar vuelta e ir con mis amigos, pero cuando estoy a punto de llegar al bosque veo algo atravesando las nubes.

Me quedo paralizada con la vista fija en lo que cae, desde donde estoy no logro hallarle forma, sólo veo un punto oscuro descendiendo desde lo alto.

—Hey — llamo al par que siguen detrás riéndose —. Hey, chicos — vuelvo a hablar luego de que no me hagan caso —. ¿Ya vieron eso?

—¿Ver qué? — cuestiona Kate parándose junto a mí.

—Eso — señalo con el dedo —. Esa cosa cayendo del cielo.

—Vaya, con que por fin dio frutos mirarlo tanto... — supone mi amiga haciendo burla referente a su comentario anterior.

—No te burles — a veces me dan ganas de soltarle un golpe, pero sé que la cosas acabarían demasiado mal si lo hiciera —. ¿Qué es?

—No lo sé, si pudiera verlo tendría los ojos de un alce, y bueno, recordemos que estoy miope.

—Ah, increíble... vayamos a ver —propongo.

—Deben ser esas cosas que han estado lanzando en la escuela — por fin sugiere Jason —. Las bolsas de dulce o truco.

—Hmm, no lo sé, no se ve como eso... es demasiado grande como para ser una simple bolsa... — dudo sin dejar de ver la cosa que aún sigue cayendo —. Ademas va demasiado alto como para serlo.

—Anda ya, Lía, Brian ya nos está esperando adentro — presiona Kate quitándole importancia al objeto volador.

—Adelántense, los alcanzaré en un momento — decido mirándolos un segundo.

—Bien, no tardes.

Ambos chicos se entrelazan del brazo y caminan hacia el restaurante que está a unos metros de distancia.

Luzbel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora