Capítulo 32

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Tengo la mirada perdida en la mesa de la cafetería, todos a mi alrededor están charlando tranquilamente, por un momento todo parece estar normal, Jason hace falta aquí, sin embargo en estos cortos minutos parecemos no notarlo.

Y yo lo noto menos que los demás. Mi mente está fija en el momento en el que Luzbel se fue ayer. No sé a dónde ni con quien, incluso podría decir que no volvió a casa. Pero lo escuché entrar a media noche por algo, tal vez por un poco de ropa. Salió un minuto después, regresando a su turno en Luk's.

—Lía... — Kate me saca de mis pensamientos entonces —, ¿todo bien?

—Sí, perdón — miento y me apresuro a darle un sorbo a mi café.

—¿Luzbel está trabajando?

—Se supone que salió hace dos horas... — inquiero mirando el reloj del teléfono —. Seguramente está durmiendo.

—La madre de Jason me llamó hace un rato, el doctor reportó mejoras — el entusiasmo de Kate es palpable. Y no puedo evitar sentir felicidad también, por lo menos comenzamos a tener buenas noticias.

—Es maravilloso saberlo — admito esbozando la primer sonrisa de las últimas semanas —, siento un gran alivio...

—Iremos a verlo en la tarde... si tú puedes, claro.

—Por supuesto, voy con ustedes.

Brian parece no haber aprendido muy bien la lección, pues está comiendo quien sabe qué cosas de la cafetería y no se inmuta en cumplir con la dieta de su operación.

Saco los audífonos de la bolsa de la chamarra y los conecto al teléfono. No sé de qué estén platicando mis amigos, y la verdad no me interesa entrar en la platica con ellos.

Busco entre todas las canciones una que coincida con mi estado de ánimo. Pero las tristes no llaman mi atención, no tengo ganas de escuchar algo muy pesado y definitivamente no pienso escuchar nada romántico.

Pongo el aleatorio y espero que salga algo que me guste, de lo contrario tendré que saltar cientos de canciones como es mi costumbre.

Thunderstruck (AC/DC) resulta ser la canción elegida. Pienso por un momento si debo cambiarla, pero a fin de cuentas me parece una buena opción.

Acomodo la silla de manera que pueda subir los pies a las piernas de Henry sin ensuciarlo, éste se acomoda y comienza a juguetear con las agujetas de mis tenis.

El aire gélido nos rodea, mi cabello se revuelve sobre mi cara y me obliga a acomodarlo mientras me acurruco contra la silla de plástico en la que estoy.

Algunos chicos se paran de donde están para correr de tras de los papeles que se está llevando el viento, Kate se burla de algunos y noto como realmente le hace falta Jason para seguirle las bromas de lo que diga.

A mí me hace falta para preguntarme qué es lo que tengo ahora, y que al final termine dándome un consejo con el que deje de sentirme menos mierda de cómo me siento ahora.

El viento sigue haciendo de las suyas, se va llevando lo que está a su paso, y una de esas cosas en el gorro de Kate.

Suelto una carcajada cuando ésta intenta agarrarlo en el aire, pero no tiene éxito y va a hacerle compañía a los demás que corren tras sus cosas.

Para que no me pase lo mismo que ella, tomo el gorro que tengo puesto y tiro de él hacia abajo, me acomodo la chamarra y vuelvo a ocultar mis manos con cuidado. Tener un yeso es más incómodo de lo que recordaba, no se acomoda bien cuando me cruzo de brazos y ya está dándome comezón.

Luzbel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora