18 – Cosas de hermanos.
Los gritos podían oírse casi a un par de millas de distancia. Los muertos estaban por todas partes, gruñían y golpeaban ferozmente contra uno de los vehículos en aquel montón de automóviles estacionados en mitad de la carretera. No había escapatoria, tenían el vehículo totalmente rodeado y los dos supervivientes que había en el interior no podían más que ingeniárselas rápidamente para hacer funcionar aquella reliquia de coche.
Sus gritos, sus gritos eran demasiado irritantes. Ella no callaba, estaba en la parte trasera del coche, escondida entre los asientos y gritaba como una bebé recién nacida. En el asiento principal en la parte delante estaba él, ese muchacho de cabello castaño rizado que con un par de herramientas estaba intentando hacerle el puente al coche. Estaba nervioso, a pesar del extremo frio que hacía en el exterior estaba sudando, las manos le temblaban y el corazón le iba a mil por hora. Lo gritos de ella tampoco ayudaban, solo hacían que la situación se volviese aun más estresante y agobiante de lo que ya era.
Los rostros de los muertos golpeaban los cristales al igual que sus repugnantes brazos. Eso era todo lo que ella podía ver, la joven de cabello rizado solo podía gritar y percatarse que la entrada de aquellos seres en el vehículo era cuestión de minutos.
— ¡Maldita sea Natalie, cierra la boca! ¡Me estas poniendo de los nervios!
Ella hizo caso omiso, si acaso solo aumentó la intensidad de los gritos al ver como uno de los cristales de la puerta trasera estaba desquebrajándose.
— ¡Van a entrar! ¡Van a entrar! ¡Arranca el maldito coche de una vez pedazo de inútil! — Gritó Natalie pataleando contra el asiento donde se encontraba el chico intentando arrancar el vehículo.
Pero parecía imposible, los cables ni siquiera tenían corriente y eso significaba que el coche no tenía batería suficiente como para hacerlo arrancar y sin batería era imposible que aquel trasto se pusiese en marcha.
— ¡Oh dios mío Chris dijiste tú habías hecho esto antes! ¡Arrancar un maldito coche de esta manera!
Chris, el joven muchacho negó con la cabeza varias veces.
—Solo lo decía para calmarte...
Y ella echó a llorar haciendo que sus gritos fuesen algo más ahogados pero aun así seguían siendo desesperantes. Chris observó la situación haciendo un barrido alrededor del interior del vehículo y se pudo percatar que habían llegado más muertos desde la última vez que miró por la ventana; definitivamente debían hacer algo.
—Vamos a salir de aquí — Afirmó él convencido de que ninguno de los dos iba a morir en aquella trampa mortal.
— ¡Sácame de aquí! ¡Sácame de aquí! — Rogaba entre sollozos Natalie.
—Toma — Chris le pasó uno de los dos destornilladores que había utilizado para hacer el puente al coche — Yo me quedaré el otro, no dudes en utilizarlo si esas cosas finalmente entran, voy a salir e intentaré despejar la zona para que puedas tú también salir.
—No, no no ¡No te vayas! — Ella agarró el brazo del chico.
—Todo va a ir bien, te voy a sacar de aquí, te lo prometo — Él acarició el rostro de ella, quitando con sus dedos algunas de las grimas que descendían del rostro de Natalie.
— ¡Pero te necesito aquí dentro!
—Prometí protegerte y lo voy hacer, vamos a salir de esta, te lo juro.
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Donde habita la muerte
HorrorEl mundo está apunto de cambiar. El joven Buzz, de once años de edad después de haber vivido toda su vida bajo maltratos y humillaciones no tiene ni idea de que su vida está apunto de dar un giro monumental. Los que creían que estaban muertos ahora...