16 – Amarga esperanza.
Ya había amanecido. El frio seguía tan atrapante como siempre, incluso más que en días anteriores. Quizás había pasado cerca de media hora desde que habían dejado la ciudad en aquel enorme camión que no dejaba de tambalearse de un lado a otro. Peterson seguía al mando del vehículo pero la gente en la parte de atrás ya estaba volviendo a recuperar el sentido después de todo lo ocurrido que sin duda les dejó a todos cuanto menos impactados.
Eran conscientes de que después de aquella tempestad no iba a proceder la calma pues JD tenía más ganas que nunca de cobrar venganza contra el comandante, Ramón por su parte estaba totalmente frustrado por la muerte de su amigo y compañero William y todos los demás, incluida Alma (quien era la portadora de la única verdad) detestaban aquel hombre, Starla y Jerry quienes eran sus allegados empezaban a plantearse seriamente cual debía ser su próximo movimiento y de que parte deberían posicionarse.
JD y Starla se miraron, ella se encontraba limpiando la sangre de sus cuchillas con un viejo pañuelo que había en la parte trasera del camión.
—Dile que pare.
— ¿Ahora? necesitamos un respiro — Preguntó Starla.
—Dile que pare — Volvió afirmar JD.
Starla se acercó hasta la parte delantera donde se encontraba el comandante junto con Jerry conduciendo e hizo que parase el vehículo.
Salieron al exterior.
El camión había sido aparcado a un lado de la carretera. Era extensa, de estas que parecen que nunca acaban, el asfalto estaba cubierto por una densa capa de nieve, a cada lado de la carretera solo había árboles y más árboles cubiertos de nieve. La carretera estaba completamente vacía y no se podía avistar ningún caminante en las cercanías, al igual que ningún vehículo o edificio.
JD se aferró a su nueve milímetros una vez que pudo poner pie en suelo firme por fin. Se negó a bajar con la ayuda de alguno de los demás, estaba ansioso por estar recuperado completamente y poder manejarse por si solo como siempre estaba acostumbrado hacer. Todos los demás fueron bajando pero esperó ansioso hasta que el comandante bajó de la cabina del conductor. Apretó fuertemente con su gran mano derecha el arma y allá fue.
A por Peterson.
Este vio como el doctor se acercaba cargado de furia e ira hacía él pero a diferencia de cómo habría actuado en otro momento no hizo nada, se quedó totalmente parado con su sonrisilla desquiciante por debajo del bigote. JD le golpeó con la pistola en toda la cara haciendo que este cayese sobre el asfalto nevado a causa de tal golpe, su cara ya estaba bastante destrozada como para soportar más golpes de aquel estilo, realmente fue doloroso.
—Voy a matarte — Afirmó JD.
—Os he salvado, os he salvado el pellejo y de esta manera me lo pagas doctor.
Escupió la sangre que le brotaba de la boca contra el suelo y luego, una vez que se había recuperado de tal golpe se puso en pie.
—Nos has salvado una mierda, todo esto ha pasado por tu culpa, tu hiciste esto — Intervino Bree la cual no podía tener más asco y desprecio en su mirada dirigida al comandante.
— ¿De verdad? Yo encendí las putas alarmas, os avisé de lo que cojones estaba pasando, os salvé la puta vida.
—Claro. Ahora resulta que esas cosas llegaron hasta nuestra planta por arte de magia, también consiguieron subir por el ascensor porque ahora saben utilizar maquinas, deja de mentir maldito desgraciado — La que habló esta vez fue Regina quien se impuso contra el militar también.
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Donde habita la muerte
TerrorEl mundo está apunto de cambiar. El joven Buzz, de once años de edad después de haber vivido toda su vida bajo maltratos y humillaciones no tiene ni idea de que su vida está apunto de dar un giro monumental. Los que creían que estaban muertos ahora...