Bienvenido a la familia

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Terry despertó al sentir que alguien le estaba picando las costillas y gruñó en señal de fastidio, ya que no tenía la más mínima intención de levantarse. La voz de Candy, que no paraba de pronunciar su nombre, lo hizo abrir los ojos y descubrió que ella estaba a ahorcajadas sobre él, con la mirada fija en su rostro.

- ¿Por qué me despiertas tan temprano? – Le reclamó a su novia, tapándose la cara con la sábana.

- Te quiero hacer una propuesta...

- ¿Indecorosa? – Murmuró él, emitiendo una risa traviesa.

- Ja, ja, ja... Qué gracioso eres... Pero no, no es una propuesta indecorosa.

- ¿Entonces?

- Quiero que me acompañes a la boda de mi primo.

- ¿No crees que es muy apresurado?

- La fiesta es dentro de 4 días, podemos salir en el primer vuelo de mañana...

Terry se quedó en silencio, meditando su respuesta y es que el solo pensar en conocer a la familia de Candy, hacía que se le pusieran los pelos de punta; pero al ver a su novia tan emocionada con la idea, no tuvo corazón para negarse.

- ¿Estás segura que a ellos no les molestará que yo te acompañe?

- Por supuesto que no, mi familia te adorará.

- Mmmm...

- Anda, ven conmigo – Le suplicó ella, jalando la sábana que cubría el rosto del castaño.

- Está bien, vamos a la dichosa boda.

Una vez que Candy obtuvo la aprobación de su novio, cogió su celular y le habló a su primo para avisarle que sí iba a asistir a la ceremonia; también le pidió que le reservara una habitación de hotel, porque no tenía ninguna intención de quedarse a dormir en casa de su tía. Cuando ella terminó de hablar, sacó su laptop y compró los boletos de avión para el día siguiente. Terry se encargó de comprar los boletos de regreso.

A la mañana siguiente, la pareja se fue muy temprano para el aeropuerto, ya que su vuelo salía a las 9 de la mañana y tenían que estar ahí dos horas antes de la hora establecida. Ellos llegaron a El Paso, Texas cerca de las 6 de la tarde, debido a que los dos aviones que habían tomado para llegar a esa ciudad se habían retrasado.

Los tíos de Candy ya los estaban esperando en el andén y en el instante en que la rubia los vislumbró entre la gente, se emocionó hasta las lágrimas. La última vez que los había visto, había sido en el entierro de su abuelo y ya habían pasado más de cuatro años desde ese entonces.

La tía de Candy era una señora muy amable y se llamaba Angélica, pero todos le decían Angie; ella era hermana de su madre y conocía a Candy desde que era un bebé, por tal razón le tenía un inmenso cariño. Cuando Angie vio acercarse a su sobrina, corrió a saludarla.

- Mi niña, que alegría me da volver a verte, te ves tan hermosa – Le dijo, mientras le daba un fuerte abrazo.

- Muchas gracias tía, yo también me siento feliz de volver a estar con ustedes – Le respondió Candy.

La joven se separó de su tía para poder saludar a su tío y luego se posicionó a un lado del castaño.

- Les quiero presentar a Terrence, mi novio – Les dijo ella, tomando al avergonzado muchacho de la mano.

Terry estaba hecho un manojo de nervios y al escuchar que su novia ya lo estaba presentando con sus tíos, se acercó a ellos para saludarlos, estrechando sus manos y mostrándoles una tímida sonrisa.

Si no te hubiera conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora