El croquis

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- No tengo ganas de ir a trabajar – Murmuró Candy, mientras se acurrucaba de nuevo entre los brazos de Terry.

- Tienes que ir, no seas floja.

- No soy floja – Respondió ella, fingiendo molestia – Es solo que tengo miedo, ¿y si Susana va al hotel a buscarme y me arma otro escándalo?

- No creo que lo haga, pero por si las moscas, yo te llevaré y te traeré de regreso, ¿te parece?

Ella movió la cabeza afirmativamente como respuesta.

- Mmm... No sabes cómo te odio – Expresó la rubia luego de algunos minutos, dándole un almohadazo a su novio.

- ¿Por qué? – La cuestionó él, confundido.

- Porque tú aun tienes 3 días más de vacaciones y yo ya tengo que regresar al trabajo.

- ¿Quién te manda a ser jefa? – Bromeo el castaño, recibiendo como respuesta otro golpe con la almohada - Uno más y uno respondo – Le advirtió él, señalando el cojín.

- ¿Y qué me vas a hacer, eh? – Lo retó ella, dándole un golpe certero justo en medio de la cara.

- Tú te lo buscaste - Dicho esto, Terry se colocó a ahorcajadas sobre Candy y comenzó a hacerle cosquillas.

Cuando las carcajadas cesaron, las manos traviesas del muchacho comenzaron a deshacerse de la ropa de su novia para luego acariciar con frenesí cada parte de su cuerpo desnudo, entregándose por completo a sus más primitivos impulsos.

Al terminar de hacer el amor, ambos jóvenes permanecieron un largo rato en la cama, mimándose hasta que el hambre los obligó a levantarse para buscar algo que comer.

Cerca de la 1 de la tarde, el castaño acompañó a su pecosa hasta la puerta del hotel, tal y como lo había prometido horas antes y después de despedirse de ella, se regresó al carro, sin mucho entusiasmo. Justo cuando se disponía a subirse al vehículo, descubrió que le habían dejado un volante en el parabrisas.

- "Se dan clases de español" - Decía la hoja y al final de la misma venía apuntado un número telefónico para pedir más información.

El muchacho pensó en lo mucho que sorprendería a Candy, si la próxima vez que la acompañara a ver a su familia, él ya fuera capaz de entablar una conversación en español; así que sin dudarlo, marcó el número y pidió más informes acerca del curso, el cual, para su buena suerte, iba a comenzar dentro de un mes. Por si eso fuera poco, las clases se impartirían por la mañana, tres veces por semana, ajustándose perfectamente a su horario de trabajo.

Luego de colgar la llamada, Terry se dirigió a la dirección que le habían proporcionado con el fin de inscribirse al curso y una vez que quedó finalizado ese asunto, regresó al departamento con la intención de dormir el resto de la tarde, pues entre el viaje y los recientes problemas que había tenido con Susana, no había podido descansar bien durante la última semana.

Él se despertó poco antes de las 8 de la noche y aprovechó que aún faltaban algunas horas antes de que Candy saliera del trabajo, para limpiar el departamento y cuando terminó de hacer el aseo, se dispuso a preparar la cena. El joven salió de ahí media hora antes de que el turno de su novia terminara, llegando al hotel a las 11 en punto y tuvo que esperar por casi veinte minutos hasta que ella salió.

- Perdón por el retardo, pero tenía que arreglar muchos pendientes – Se disculpó la rubia al entrar al carro - Todo en la cocina estaba al revés, además me mandaron a un chico nuevo y tuve que explicarle varias cosas – Se quejó la joven, mientras se abrochaba el cinturón de seguridad; luego se acercó a Terry y le dio un tierno beso en los labios, haciendo que la molestia del muchacho desapareciera al instante.

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⏰ Última actualización: Feb 22, 2019 ⏰

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