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Para cuando llegó octubre Emma pasaba casi todas las tardes en nuestra casa conmigo y Aiden, íbamos a la escuela juntos y regresábamos juntos a excepción cuando había prácticas por la tarde.
Mamá comenzaba a mejorar y mucho tenía que ver la presencia de Emma en casa, la motivaba a hacer cosas como hornear y adornar con flores que comprábamos en el supermercado, la llevaba de compras con la señora Schreave.

-¡Aiden! -grité, íbamos tarde a la escuela y yo no soportaba la impuntualidad. -vamos tarde.
-Voy, voy -llevaba un plato con cereal en las manos.
-Ni en tus mejores sueños vas a subirte con cereal a mi coche -lo amenacé.
-Ush.. espera -quitó la cuchara del plato y se tomó todo por un lado.
-Eres un cerdo -
-Soy un adolescente en desarrollo -después de que dijo eso dejó salir un eructo que se escuchó muy fuerte.
-Vuelvo a decir, eres un cerdo -
-Cállate, tú y George me enseñaron a hacerlo y me dijeron que lo hiciera en casa de la abuela durante la cena de navidad -me echó en cara. -eso automáticamente me dejó fuera de la herencia.
-Todo es parte de un plan para quedarme con todo -dije riendo mientras salíamos. -dile a Emma que salga.
-Si me dejas conducir los dos se pueden ir en el asiento trasero -intentó negociar. -prometo no ver lo que hagan.
-Para eso necesito la parte de atrás del Jeep -elevé una ceja.
-Ahora tú eres el cerdo -
-Soy un adolescente en desarrollo - Aiden rodó los ojos.

Una costumbre mía era usar las frases que decía alguien para usarlas en su contra más delante, siempre encontraba la forma y para ellos era irritante pero para mi era demostrarle a todas las personas que yo no era fácil de vencer.
Emma salió de su casa con una pequeña falda color negro y unas botas que le llegaban por arriba de la rodilla, llevaba el suéter del uniforme y su cabello suelto.

-Madre de Dios -musité.

Sus piernas se veían kilométricas, tonificadas y hermosas; ¿qué decir de la curva de su trasero? Esta chica me mataría un día de estos.

-Hermano, tienes un pequeño problema -sonrió Aiden. -todos se la van a comer con los ojos hoy y por la noche todos pensarán en ella.
-Pueden pensar en ella todo lo que quieran jamás, escúchame bien, jamás la van a poder tener -alcancé a decir antes de Aiden se bajara para pasarse al asiento de atrás.
-Buenos días Scriver -era su forma de saludarnos cada día.
-Buen día, Em -respondí y besé su mejilla.

En el camino a la escuela ella conectó su teléfono y puso música, me encantaba verla cantar las canciones que ponía, era hermosa.
Llegamos a la escuela y ya se estaban acostumbrando a vernos llegar juntos, a que Emma y su amiga se sentaran con nosotros y los chicos a la hora del almuerzo. A Caitlin se le salía por los poros el amor por Sean y él ya comenzaba a verla un poco más además que le dije que había alguien que lo quería.

-Ya dime quién es -me exigió Sean, había estado repitiendo lo mismo desde que le dije que sabía de alguien que lo quería.
-No, deja de molestar -estábamos haciendo el calentamiento para entrenar.
-Jack, no te dejaré en paz hasta que me digas -respondió.
-Eres demasiado infantil, no sé qué ve en ti -hice como si algo me diera asco, todos nos llevábamos así y eran bromas entre nosotros.
-Cállate, deberías decirme para conquistarla -
-Ya la tienes, solo necesitas darte cuenta de todo lo que está frente a ti -las animadoras también estaban practicando, ellas siempre lo hacían en el campo de soccer mientras nosotros entrenábamos frente a ellas.
-Jack deja tus malditas metáforas para otra ocasión -
-Scriver y Rhodes o se callan o se van -nos amenazó el coach.
-Te odio -musitó para seguir con los estiramientos.

Seguimos entrenando, normalmente la temperatura en San Francisco siempre rondaba los 59-68 grados Fahrenheit lo cual nos facilitaba mucho el entrenar bajo el sol durante varias horas pero hoy el aire se sentía caliente, sofocante incluso. Terminé sin protecciones y sin playera, era la tercera vez en casi cuatro años que lo hacía pero de verdad no podía soportar el calor.
Durante el receso para rehidratarnos vi como las animadoras estaban haciendo una pirámide donde Emma era la que estaba arriba; me quedé observándolas por unos segundos cuando vi como caía para atrás. Escuché su grito y corrí, no alcanzaría a atraparla de ninguna forma pero aún así fui el primero que llegó a su lado.

Boys like me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora