Era el último partido que jugaría con el equipo de la preparatoria, todos en el vestidor estábamos callados, las típicas bromas fueron cambiadas por memorias y anécdotas que vivimos durante estos cuatro años; yo como siempre, estaba algo apartado de todos, en momentos como estos me alegraba de no ser el capitán del equipo porque en el momento que intentara comenzar a hablar mi voz se quebraría y no podría motivar a los chicos, para lo que Kyle era excelente.
-Chicos, el día llegó -suspiró poniéndose sobre una de las bancas para quedar más alto que todos y que le prestásemos atención. -algunos lo ansiaban otros le temíamos pero independientemente de lo que pase sabemos que esta siempre será nuestra casa, nuestra gente, hemos construido una familia a lo largo de toda nuestra estancia escolar, vean a sus lados y van a ver las mismas caras que vieron en su primer día de preescolar, claro que algunos se fueron o se añadieron en el camino pero hemos estado juntos toda la vida y es una bendición.
-La química que tenemos como equipo se puede ver a leguas, en la cancha demostramos a cada juego que nos conocemos como a la palma de nuestras manos, confiamos ciegamente en nuestros compañeros y más que nada, nos queremos -ahora era Sean, el otro capitán. -nuestros caminos se separarán pronto, cambiaremos de escuela y de colores, pero incluso así cuando nos veamos y tengamos que enfrentarnos veremos un rostro familiar entre millares de extraños, y eso nos dará tranquilidad.
-Somos el mejor equipo en la historia de esta escuela -dijo Jake. -todo gracias a Jack.
-¡Jack, Jack! -todos corearon mi nombre y sentí la piel de gallina.Me paré junto a mis amigos sobre el banco y sonreí al ver todos los rostros de mis amigos y entrenadores. No voy a mentir, se me llenaron los ojos de lágrimas.
-Jamás en mi vida imaginé que tendría la suerte de tener un equipo como este, porque no era solo uno, o solo ellos -apunté a Sean y Kyle. -son todos, todos son mi familia, desde Andy que nos apoya con los uniformes hasta el coach Sullivan y el coach Hastings, sin ellos jamás hubiésemos hecho posible este sueño de estar a un partido de jamás haber perdido un juego en la preparatoria, este logro es de todos y no importa lo que pase allá afuera, nosotros siempre seremos lobos.
Todos hicieron el sonido de un aullido y sonreí, amaba estos chicos en sobre manera.
-Es hora de salir a ganar -dejé que todos se fueran y salieran corriendo como locos.
Yo me quedé al final y tomé mi casco, salí al campo con él en la mano; al llegar a la puerta del túnel me di cuenta de la lluvia torrencial que estaba cayendo, esto arruinaría mis planes. Ni siquiera podía tranquilizarme por el peso de la cajita negra de satin pues la tenía Sean, pero al caminar un poco más cerca de la cancha pude ver el rostro de Emma entre la multitud me llenó los pulmones de aire, sonreí y troté hasta ella.
-¿Qué haces? ¿Estas loco? -preguntó intentando acomodar mi cabello que ya estaba apelmazado contra mi frente por la lluvia.
-Te amo, Emma, eres lo que más quiero en esta vida -dije con los labios presionados en su frente. -estoy completamente seguro de que siempre te amaré.
-J, no puedes hacerme llorar aquí frente a todos -respondió y yo reí. -pero también te amo, siempre te voy a amar.La sostuve en mis brazos por unos segundos más hasta que escuchamos un silbatazo.
-Mueve ese bonito trasero a la cancha -besó mis labios.
-Y tú mueve ese lindo trasero para animarme -reí y me separé de ella. -te amo.
-Te amo más -Regresé a la cancha y me puse mi casco, era hora de hacer lo que mejor sabía hacer: jugar fútbol.
Al final del primer cuarto el marcador estaba 28-3 a favor de nosotros, claro. La defensiva comandada por Kyle estaba haciendo un trabajo espectacular y no los dejaba pasar de la yarda 35, a excepción de una vez que llegaron a la 20 e hicieron el gol de campo.
Quedaban cuarenta y cinco segundos en el reloj y tenía a mi línea en la yarda 30 de nuestro campo, quedaba el tiempo justo para hacer otros siete puntos antes del segundo cuarto.
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Boys like me.
ChickLitLa vida del chico pródigo de una familia adinerada de San Francisco se resume en tres cosas: su familia, sus amigos y el fútbol americano. Pero todo cambia con la muerte de su padre. Jack Scriver tendrá que aprender a vivir con un nuevo vacío y lle...