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Intercepté el pase de Patrick por tercera vez consecutiva y solté una carcajada.

-¡Maldita sea! -gritó Blake. -¡haz algo bien, idiota!

Todos estaban observando el pequeño partido, las animadoras, el equipo de béisbol y todo mi equipo. Emma tenía los brazos cruzados sobre el pecho mientras sonreía, el partido estaba 36-6 y como no teníamos goles de campo todos los touchdowns eran hechos cruzando la línea.

-Ya se acabó -dije riendo. -eres un chiste, Patrick, ni siquiera deberías estar haciendo las pruebas, tienes a dos de mis mejores amigos y mejores jugadores y aún así no puedes darles un buen pase.

El chico solo me miraba con ojos de cachorro regañado, bufé un poco y caminé hacia Emma.

-¿Viste eso? -pregunté poniéndome frente a ella.
-Claro que si, felicidades J -besó mi mejilla. -eres el mejor.

Sentí que el corazón se me saldría del pecho en cualquier segundo, tenía a los ojos azules más bonitos del mundo mirándome de una manera inigualable y no podía creerlo.

-Esto parece una película adolescente bastante gastada -se quejó Patrick tirando el casco al suelo. -el imbécil del atleta se queda con el equipo, la chica y el pobre niño bueno no tiene nada.
-Espera, ¿le estás llamando imbécil a Jack? -preguntó Emma. -se nota que eres nuevo, estás frente al mejor estudiante de la escuela.
-A ti nadie te habló, z... -
-No te atrevas a terminar esa frase o lo siguiente que saldrá de tu boca serán tus dientes -lo amenacé. -lárgate de mi cancha y si es posible, de mi escuela porque la siguiente vez que te vea ya te imaginas lo que haré.

Pasé mi brazo por los hombros de Emma y ella tomó mi mano, estaba eufórico. Había humillado a alguien arrogante en el deporte que más amaba, la chica de mis sueños me quería y la tenía entre mis brazos y estaba rodeado de mis mejores amigos, la vida no podía ser mejor.

-¿Quieres salir conmigo? -pregunté a Emma en un susurro.

Ella volteó a verme y sonrió, se puso de puntillas para alcanzar mi oído; tenía una mano en mi abdomen y la otra en mi hombro.

-Claro que si, J -susurró de vuelta.

Después de eso todo el día estuve ansioso de salir de la escuela para poder tener mi cita con Emma.
A la hora de la salida prácticamente corrí hasta su salón pero ella ya no estaba ahí.

-¿Has visto a Emma? -pregunté por teléfono a Aiden.
-Te estamos esperando en el coche -respondió él.

Colgué y de salida me encontré a Kyle y Sean, iban acompañados de unas niñas a las cuales no conocía.

-Vamos a comer todos juntos -sugirió Kyle.
-Si, estaría bien -respondió Sean. -¿que dices, Jack?
-Que debemos llegar al coche porque Emma y Aiden están esperándome, ahí les preguntamos -respondí.

Entonces la castaña hermosa entró en mi campo de visión, llevaba su falda del uniforme y como estaba sentada en el capo del R8 se levantó un poco.

-Tranquilo, tigre -se burlaron mis amigos cuando vieron lo que había visto.
-Ustedes no tienen ningún derecho de voltearla a ver -los amenacé, ellos levantaron sus manos de forma inocente. Llegamos frente al coche y besé la mejilla de mi castaña. -hola, Em.
-J -se colgó de mi cuello. -ayúdame a bajar, por favor.
-Claro que si -sonreí.

Puse mis manos en su cintura y la levanté con facilidad, ella tenía una mano en mi cuello y la otra sosteniendo su falda pegada a su increíble trasero.
La puse en el suelo con delicadeza y ella se quedó con su brazo rodeando mi cuello, la acerqué a mi y me tomó toda mi fuerza de voluntad no besarla.

Boys like me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora