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El cumpleaños de Emma se acercaba cada vez más y aún no sabía que hacer, estaba entre hacerle una fiesta en mi casa o irnos ella y yo el fin de semana a NYC.

-¿Que me recomiendas? -le pregunté a mi madre.
-La fiesta es algo que disfrutara unas horas con sus amigos, pero el viaje lo hará por días y será contigo -dijo ella.
-Tienes razón -

Habíamos salido a tomar una taza de café, lo hacíamos varias veces al mes y nos encantaba, era una forma de reconectar con ella.

-Pero igual puedes organizarle una cena o algo, sólo los amigos más cercanos -
-Su cumpleaños cae en viernes, pensaba irnos el jueves en la noche y regresar el lunes en la madrugada para disfrutar del fin de semana completo -
-Yo puedo encargarme de todo, le organizamos una cena para que vayan todos a la casa cuando salgan de la escuela -

Había olvidado que regresábamos a clase el lunes después de su cumpleaños, y regresar a clase significaba tener los entrenamientos más pesados de la temporada ya que esta terminaba en marzo y teníamos que mantener la buena racha.

-Tengo entrenamiento el lunes -
-Hablare con Bob -
-Mamá, no le digas Bob, dile entrenador -

El entrenador Sullivan y mi madre habían sido compañeros de la escuela toda su vida, incluso él estuvo enamorado de ella varios años pero siempre estuvo mi padre en medio. Hasta ahora.

-Mamá... -quería pedirle que no saliera con nadie pero las palabras no salían, era una señora hermosa y joven, seguro tenía una lista enorme de hombres detrás de ella.
-No tienes que preocuparte por nada, amor -tomó mi mano. -yo ya tuve mi gran amor, ya no habrá otro.
-Lo siento -dije mirando nuestras manos. Ahora tenía que vivir el resto de su vida sola, sin nadie a su lado.
-Viví cosas hermosas con tu papá, fue el amor de mi vida -respondió. -no estés triste por mi, ya tengo dos nietos, la vida será buena.
-Puedes decirle a George que puede quedarse en casa hasta que encuentre una casa o departamento -dije, era lo mínimo que podía hacer.
-Gracias por perdonarlo, bebé -acarició mi mejilla. -eres mi niño hermoso.
-Te amo, mamá -

Cuando salimos de la cafetería abrí la puerta del auto para que ella entrara primero y antes de arrancar el auto me pidió mi teléfono.

-Claro, -lo desbloquee con el reconocimiento facial. -¿Qué necesitas?
-¿Cuál es tu aplicación de música? -preguntó ella.
-Spotify y Apple Music, la que quieras -

Ella entró y esperaba que no viera mis fotos porque tenía bastantes de Emma, muchas de ella eran en traje de baño cuando fuimos a Napa, otras de algunas veces que hemos dormido juntos sin que ellos se den cuenta. Pero no, solo puso una canción.

-Antes de que se fuera George se enojaba al escuchar esa canción -susurró ella.
-¿Por qué? -
-Porque siempre decía que no importaba si tenía otros veinte hijos más pequeños, tú siempre serías el bebé -

The Baby de Blake Shelton era una de las canciones más tristes que había escuchado y saber que mi hermano la relacionaba conmigo y mi madre no solo me demostraba lo fuerte que era nuestro lazo sin que me hacía saber que todo el mundo lo sabía.

-Deberías acercarte a los hijos de tu hermano, esta realmente arrepentido y buscando una casa cerca de la nuestra para que sus bebés puedan crecer viéndote, a Aiden y a mi -estaba intentando empujarme, había aceptado que George viviera en casa mientras encontraba algo y ahora intentaba que hiciera más.
-Mamá -alargué la última vocal.
-No Jack, eso no funciona conmigo y esos bebés no tienen la culpa de los errores de su padre así que hoy mismo cuando llegue tu hermano quiero que bajes a conocer a tus sobrinos -
-Tengo que arreglar mi maleta y comprar boletos -
-En eso te tardas cinco minutos, vas a convivir con nosotros como familia -
-¿Puede venir Emma? -pregunté, ella me mantendría tranquilo.
-Claro que puede venir, es familia -

Boys like me. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora