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"Otro día, rutinario, en donde todos nos desvanecemos. Otro día rutinario, en donde tu figura se aleja más, aún más. Y más"

El pecho de Jaehyun irradiaba un calor agradable, su espalda estaba apoyada en el respaldo del sillón, mientras que sus brazos me rodeaban encima de él.

Mi cabeza estaba apoyada en su pecho, y de vez en cuándo sus dedos subían y bajaban por mis brazos y espalda. Se sentía tan agradable, estar con él se sentía tan bien.

Cerré los ojos por unos segundos, pero al parecer había pasado muchísimo tiempo más.

El sonido de un móvil me hizo abrir los ojos de repente, miré hacia mis lados confundida, y apoyé las palmas de mis manos en el pecho de Jaehyun. Estaba en mi casa.

Miré al anterior nombrado, sus ojos cerrados levemente mientras su boca estaba entreabierta, respirando tranquilamente. Y su pelo revuelto caía en su frente, llevé ambas manos a su cabellera castaña, y con cuidado aparté mechones de este. Acuné sus mejillas en mis manos, y dejé un dulce beso en su nariz. Tenía miedo de que ahora me despertara, y que todo haya sido un sueño, otra vez.

El móvil volvió a sonar, obligándome a bajarme de encima del chico, me acerqué a él, y miré su pantalla. No era el mío, sino el de Jae. Si algo recuerdo bien de mi abuelo, es que siempre decía que los ojos son como niños, traviesos, y que por más que intentemos, no siempre vamos a poder controlarlos.

Era un número desconocido, no lo tenía registrado. Por alguna razón, todo se convirtió en un mal ambiente, todo esto me daba muy mala espina. Dejó de sonar, y el móvil apagó su pantalla. Pero tan rápido como se bloqueó, volvió a sonar, al parecer fuera quien fuese, era insistente.

Volví a pensar, mientras veía aquél número de pantalla. Me resultaba familiar, aunque tan solo fueran dígitos, había uno que en especial, no salía de mi mente. El número treinta y ocho bailaba y se reía de mí. Sé que lo había visto antes, sé que me es familiar, pero no logro coincidir con nada.

Al parecer el individuo no se cansaba, salí de mi pequeño trance y me dispuse a levantar a Jaehyun. Moví suavemente su cuerpo, mientras sus ojos se abrieron lentamente.

- Te llaman, - vi como volvió a cerrar los ojos - un número desconocido

Rápidamente se levantó, y cogió su móvil. Murmuró algo, pero no alcancé a escuchar nada. Guardo este mismo en el bolsillo trasero de su pantalón, mientras se colocaba bien la sudadera.

- ¿Sabes quién es? - pregunté curiosa.

- Seguramente será una agencia telefónica o algo así, nada importante - contestó, le miré en los ojos, pero estos no decían nada - Hyeon, no te preocupes, ahora me tengo que ir si no quiero que Yuta me dé un buen puñetazo en las costillas por hacerle despertar tan tarde, - levanté unas de mis cejas - me he dejado las llaves en casa - sonreí mientras asentía con la cabeza.  

Se acercó a mi y colocó ambas manos a los lados de mis mejillas, y me plantó un dulce beso en los labios. Se demoró más de lo que él hubiese querido, lo sabía ya que después de separarse suspiró y se colocó sus zapatos. Abrió la puerta y me sonrió por última vez, mientras cerraba la puerta detrás suya.

Me tiré en el sillón, y cerré los ojos. Esto que acaba de pasar, fue raro. Lo notaba nervioso, un poco, pero lo estaba.

Pero, ¿Cómo iba a saber lo que le pasaba? Sus ojos eran dos puertas que opacaban sus sentimientos, no podía saber qué pensaba o sentía. Sé que no lo hace queriendo, sé que no le gusta abrirse a los demás. Sé que su cuerpo solo ha activado un sistema de defensa. Sé que por mucho que lo conozca, sus ojos seguirán siendo un abismo de sentimientos guardados, imposibles de ver.

°°°

Me levanté temprano, muy temprano. Debía de llegar más temprano a trabajar, pero las ganas siempre estaban perdidas.

No fue justo cuando entré en el local, que di cuenta de mi móvil. A veces me olvido de cosas que para la sociedad son tan necesarias. Dejé todas mis cosas mientras desbloqueaba el móvil, y veía a su vez como Doyoung se acercaba más.

💕Jaehyun💕

- Muchas gracias por todo, Hyeon -

Sonreí, era inevitable. Sentir que por una vez, una maldita vez, las cosas estaban bien, muy bien.

- ¿Y? - preguntó Doyoung, una vez estuvo a mi lado. Le miré y sonreí.

- Todo bien, Do, todo fantástico - él me sonrió satisfecho, para más tarde estrecharme en sus brazos.

- Menos mal, me estaba cansando mucho esta situación, - me separé de él - aunque, joder, voy a echar de menos al japonés

Me enderecé, no sé por qué, pero algo me decía que tenía que olvidarme de él completamente. Que como bien decía Jaehyun, nunca podré tener una relación de amistad con Yuta.

- ¿Por qué Doyoung habla todos los días de las semanas, las veinticuatro horas del día; del japonés, Hyeon? ¿Qué le has hecho? - Ahn llegó a mi lado mientras me sacudía por los hombros. Quité sus manos y suspiré, de verdad que no podía con ellos.

- Te ha hecho algo, Doyoung, lo afirmo

- Que no, coño, - respondió el pelinegro cansado - tan solo me gustó demasiado ese chico, pero no podemos hacer nada a la fuerza, ¿verdad, Hyeon?

- No, Doyoung - respondí seria, mientras me colocaba el delantal. Aquellos dos siguieron hablando, mientras se desaparecían en su lado de la cocina.

Apoyé ambas manos en el mostrador y suspiré. Un sentimiento de añoranza me abrazó por completo, echaba de menos a los chicos. Siempre estaban irradiando felicidad, no les importaba nada, y parecía que vivían sin ningún problema.

Se ven siempre tan felices, sin ninguna preocupación o tristeza, que cada vez que estoy con ellos, se me contagia.

Porque me hacen olvidarme de todo, y me enseñan a disfrutar de todo, como si fuera una niña otra vez. Dándole la importancia a lo que verdaderamente se lo merece.

Les echo de menos.


✨✨✨✨✨✨✨
Echo de menos a Haechan :(

¿Os gusta Jaehyun o no?

Byeee💚💚

Empı́reo↬☾N. Yuta☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora