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"Porque sombra es la que me acompaña, y en la que me he convertido. Tu sombra".

Me moría de frío. Estamos en esas épocas de enero en las cuales el frío y la humedad son insoportables.

Pegaba mis manos cada vez que podía a la máquina de café, suspirando al notar el calor que se posaba en mis manos.

El local no estaba muy lleno, y es que con el frío que hace, me extraña que la gente salga a la calle. Aún más extraño me parece que no haya nevado todavía. Involuntariamente sonreí, amaba la nieve.

- Hye, hazme caso coño, - vi por fin cómo Ahn saltaba por encima del mostrador y se colocaba delante de mí - Doyoung te está llamando como loco, mejor que vayas rápido allí - decía a la vez que me empujaba y ella se quedaba detrás del mostrador.

Una vez llegué a su zona de trabajo, me encontré con un Doyoung empapado de batido de chocolate. Me reí, muy fuerte, demasiado. Sé que no debería haberlo hecho, sabía también que Doyoung se encontraba mordiéndose la lengua, y que estaba muy enfadado. Pero me hacía tanta gracia.

- Ahn me dice que una persona muy graciosilla llamada Hyeon, se dedicó a estropear la licuadora - sonreía cínico mientras se acercaba a mí - Hyeon, el puto chocolate salió volando como si de un volcán se tratase

- ¡Yo no fui! - grité mientras me seguía riendo, pero al parecer eso fue suficiente para gastar la poca paciencia del pelinegro. Me acercó rápidamente a él, mientras colocaba mi cabeza debajo de su axila, y me arrastraba hacia alguna parte. Intentaba frenar su acción, pero él era más fuerte que yo. Miré hacia arriba por puro instinto, encontrándome a Doyoung cogiendo la jarra con el chocolate. Al ver como intentaba volcármela encima, me removí aún más - ¡No Doyoung te lo juro que yo no fui, fue...! - me callé de golpe al notar como líquido caía por toda mi cara, y se colaba por dentro de mi ropa.

- Venganza - decía mientras reía.

- Joder Doyoung, - me zafé de su agarre, mientras le daba un zape en la cabeza - ¿No ves que fue Ahn? Por eso me mandó a venir aquí, cerebro de plástico

Vi como Doyoung hacía una mueca, para más tarde coger la jarra, que aún contenía chocolate.

- Pero te reíste de mí, - comentó mientras me cogió de la mano y me llevaba hacia mi sección - a por la revancha - sonrió de lado - Ahn, sal ahora mismo de debajo del mostrador - lentamente se vio como Ahn, con rostro de temor, salía de donde había dicho el chico.

- Lo siento, de veras, pero... - cogí la jarra de la mano de Doyoung, y corrí hacia su dirección.

A Ahn le costaba correr debido a los tacones que llevaba. Qué pena.

La agarré fuerte del brazo, mientras la acercaba a mí. Doyoung le echó la cabeza hacia atrás, y yo por fin pude echarle lo que quedaba dentro del recipiente por toda su cabeza.

- En paz, todos con todos - dije una vez que solté a la chica.

- Una mierda - contestó ella mientras cogía la leche, y corría hacia mi dirección.

- ¡Joder, Ahn, la idea la tuvo Doyoung! - grité mientras, literalmente, saltaba por encima del mostrador, y con cuidado me metía por debajo de las mesas.

- Malditos tacones - la oí maldecir mientras sus pasos se alejaban - ¡Tú no te escapas, conejo!

- ¡Rubia de bote, ni se te ocurra otra vez más! - gritó Doyoung.

Con cautela salí de debajo de la mesa, mientras veía como aquellos dos se peleaban, y corrían otra vez hacia mi dirección.

- ¡Ni si quiera soy rubia, joder! - volvió a gritar Ahn. Seguido de esto, la pelinegra hizo que del cartón de leche, saliera todo el contenido de esta volando por todas partes. Llegó incluso a salpicarme a mí.

Empı́reo↬☾N. Yuta☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora