Me había quedado totalmente sin alguna noción del tiempo, no sabía cuánto llevaba con los ojos cerrados ni tampoco me importaba. El teléfono que llevaba en mi pequeño bolso empezó a producir el característico sonido de una llamada, esperanzada de que fuera Jaehyun abrí los ojos de golpe y cogí el aparato en mis manos.
Aquella poca esperanza que floreció en segundos se marchitó al ver el nombre de Yuta en la pantalla. Sin ánimos, puse el dispositivo en silencio y volví a meterlo en su anterior lugar. Cogí la carta que había tirado al suelo debido a la llamada y me puse de pie.
Todo me daba vueltas, notaba una presión enorme en mis sienes mientras que mis rodillas temblaban haciéndome imposible el caminar. Bajé las escaleras con pesar mientras mi mente viajaba a otro lugar, otro mejor que este.
Al llegar a la sala principal me fue inevitable no suspirar. Era como si él nunca hubiese existido. Al abrir la puerta de aquella casa la cual se transformaría en mi peor pesadilla, tuve que cerrar los ojos ya que los potentes rayos del sol casi me dejan ciega.
Al acostumbrarme a tanta luz, abrí lentamente los ojos, encontrándome a Yuta parado en la calle enfrente de la casa, descansando en su coche. Cerré la puerta y me encaminé a la salida. Yuta al verme se puso alerta, pero al darse cuenta de que no tenía la más mínima intención de hablar con él, me agarró del codo girándome.
Mis ojos posiblemente rojos e hinchados se toparon con los avellanos suyos. Tardó en hablar, me inspeccionaba de arriba abajo, cada facción de mi cara era evaluada por sus ojos.
- ¿Lo sabías? - decidí preguntar al notar que él no se dignaba a hablar.
- Le dije millones de veces que... -
- ¿Lo sabías? - le corté preguntando de nuevo con más insistencia. Me importaba muy poco la charla que hubieran tenido estos dos sobre el viaje de Jaehyun. - Contéstame.
Agachó la mirada y soltó un suspiro, mientras con miedo dejaba ir mi brazo.
- Sí - afirmó con la cabeza gacha. Apreté la mandíbula, de una manera u otra este tema me molestaba.- ¿Cuándo? - pregunté gélidamente mientras veía como Yuta subía su cabeza y me miraba intrigado. Con desespero pregunté de nuevo - ¿Desde cuándo lo sabes?
- Poco después de que empezaras a salir con él - asentí con la cabeza mientras me daba la vuelta dispuesta una vez por todas a irme, pero su brazo volvió a atacar mi codo, encarándolo de nuevo - No te vayas, por favor.
- No quiero hablar sobre esto, no quiero hablar sobre nada Yuta, - me solté de su agarre y dejé caer mis hombros - estoy tan cansada. Solo quiero estar sola.
- Al menos deja que te lleve, es lo mínimo que puedo hacer - mentira. Tenía tantas cosas que decirle, sin embargo no quería pelear con nadie. Sin ganas asentí con la cabeza y le seguí hasta su coche. Abrí la puerta antes de que él lo hiciera y me metí dentro, para que tiempo después Yuta se sentara al lado mío.
Ladeé mi cabeza y visualicé mi paisaje por la ventana, escuché como Yuta suspiró y encendió el automóvil, haciéndose escuchar el motor de este mismo. Estaba tan ensimismada en mis propios pensamientos, que era ajena a cualquier cosa que pasara a mi alrededor. Noté que el ruido cesó, pero mi conciencia seguía perdida.
- Hyeon, - Yuta sacudió mi hombro levemente - ya llegamos. - me incorporé en mi asiento mientras me era inevitable no parpadear, agarré la hoja con más fuerza y visualicé mi casa justo enfrente.
- Gracias - mustié sin ni siquiera mirarle para luego abrir la puerta del coche, salir y cerrarla. Caminé a paso lento por la entrada de mi casa, y hasta que no cerré la puerta de esta misma, no escuché el ruido del coche de Yuta alejándose.
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Empı́reo↬☾N. Yuta☽
Fanfiction;⭑∿ Con el brillo de sus pupilas, era capaz de encender estrellas. ❛¿Cómo se sentiría aquél luminoso cielo al saber que una de las más brillantes estrellas se encontraba justo a mi lado? Así era Nakamoto Yuta; un leve pero int...