TRES
POLÍTICA DE PRIVACIDAD
Ha pasado poco tiempo desde que hablé por primera vez con @Miguelo, y cada avance de nuestra investigación me lleva a pensar en que lo más probable es que sea una pérdida total de energía, pues con las pistas que nos hacen sentir que nos acercamos, me comenta con desaliento que sus padres han mencionado la posibilidad de una nueva mutación. Así, una tras otra, están dominando el planeta.
Frunzo el ceño en un vago esfuerzo de encontrar una respuesta a este infierno aún desconocido para la mayoría de la población. Entre él y yo nos encargamos de difundir la noticia por la que nos conocimos, y publicar otras tantas; sin embargo, son pocas las personas —en comparación con el total que utiliza NageF— que se interesan en el tema en que se sube la información más importante. Se han dejado cegar por banalidades peores que el concierto con falsos fines de lucro, o el maletín N-Totta que se lanzará al mercado la próxima semana, con repuestos de cargadores portátiles.
—Hijo, ¿me estás escuchando? —Papá me ha descubierto con la mirada perdida sobre la ventana, e interrumpe el café con leche que iba a sus labios, para dirigirme una mirada furtiva—. Ángel —me llama por segunda vez.
Meneo la cabeza, y me paso el dorso de la mano por la frente y los ojos antes de asentir en su dirección.
—Lo siento, estaba distraído.
Por su parte, escucho una sonora carcajada contagiosa, y termino esbozando una sonrisa que se mezcla con la culpabilidad de no haberle prestado atención.
—¿En qué? —sonríe el también, al darle un sorbo al líquido caliente—. O mejor... ¿quién?
Niego hacia él cuando entiendo a qué se refiere.
—No esta vez, papá. —Al dejar de verle, bufa. Lleva un tiempo preguntándome si estoy interesando en alguien, hombre o mujer, lo que sea, con tal de verme más fuera de casa. Ahora, me alegro de no hacerlo por ahora, porque pude haber elegido a alguien enfermo de Bermoind—. No esta vez.
¿Debería decirle?
¿Debería saber qué tan peligroso es tener cualquier tipo de relación, incluso laboral? Un jefe que le toque el hombro, una linda chica que le tienda de su botella de agua en los modernos gimnasios; una sesión en la piscina... Cualquier lugar puede matarlo.
Si no es que...
Evado de inmediato lo que mi mente teme, justo antes de que sienta un nudo apoderarse de mi garganta.
—¿Papá...?
Pero él ya se ha levantado, recoge los platos vacíos y se dirige a la cocina, para limpiarlos y alistarse para ir al trabajo. Me pongo de pie, y llevo los míos, aunque no he terminado de comer; de todas formas, tanto pensar me ha quitado el apetito.
Necesito un momento libre, conectarme a NageF y hablar con Miguel sobre el tema; saber qué tanto adelantamos desde la última vez.
—Papá —e incluso así, procuro no tocarle el hombro. Me siento culpable de por un segundo, desconfiar de él—. Hay algo que debes saber.
Interesando por la aparente —y cierta— importancia con que digo mis palabras, deja la loza sucia y se pone de espaldas al lavaplatos, apoyado en una alacena a su lado. Alza ambas cejas, para indicarme que hable.
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VIDENCIA
Ciencia Ficción«Hola, ciudadano», dijo la voz de la máquina, poco tiempo antes de que el caos se apoderara de las ciudades. Durante años, plagas destruyeron ciudades, el sufrimiento y largas sequías tentaron al peor rostro del hombre. La gente padecía, y parecía...