VIDENCIA

12: ARCHIVO ELIMINADO

DOCE

ARCHIVO ELIMINADO

23:27

VIERNES, 3 DE MAYO, 2024

Papá no está desde que llegué a casa, un par de horas atrás. He escrito un breve aviso en el que menciono que todo ha salido bien y pronto comeré. Sin embargo, es tarde y aún no lo ha revisado.

Por lo menos, hoy no podrá culparme de nada pues es él quien ha desaparecido —otra vez; y aunque me preocupa, trato de dilucidar mis pensamientos. Después de todo, recuerdo cuando mencionó que estaría con sus colegas del trabajo.

Envío otro más al pasar media hora, esta vez para que sepa que ya comí y estaré en la habitación, por si llega y no me ve alrededor; que no, no he escapado, ni escaparé. Pienso en si debería preguntarle dónde anda, o si llegará a dormir, pero en cuanto abro su conversación, los últimos no han sido siquiera recibidos.

Respiro diez veces.

«Ni siquiera un monstruo podría dañarme».

Me digo en voz alta que no tengo por qué preocuparme por él. Que recuerde qué sucedió la vez pasada y muchas más; con eso en mente, abro NageF y hurgo en el bolsillo alguna menta de las que compré al salir del micromercado que me llevo a la boca.

Hoy es la noche en que hable con ella. A solas. Sin interrupciones.

Mientras mis dedos tiemblan al escribir el primer mensaje a Bianca, reconozco que Miguel tiene un don. Con demasiada facilidad logró que ella le revelara el pseudónimo bajo el que navegaba en NageF, aunque según él, solo le preguntó.

«No me gusta ese lugar. Nunca me ha gustado, pero no puedo dejar de verlo», dijo al haberle entregado sobre el cuaderno en que Miguel hacía la tarea de química, un papelito escrito con perfecta caligrafía. @BellezaMorena. Apropiado.

Recuerdo el rostro confundido de Miguel, al igual que el mío, seguramente, porque ¿quién utilizaría algo en lo que no se siente cómoda? Por fortuna, fue él, sin tapujos, quien puso la duda a viva voz. Vislumbro aún a la perfección el gesto confundido de Bianca al escuchar la pregunta. Quizá pensaba en un buen porqué que pudiera justificarla, o una anécdota de cómo por esa red perdió algo valioso —como asegura papá: «Nagef solo ocasiona pérdidas de gran valor»—, pero lo único que comentó fue que «era necesario».

«¿Necesario?», había cuestionado yo, en voz baja, pero suficientemente alta para llamar su atención e interrumpirla en la tarea de recoger sus cosas al final del turno nocturno. «¿Necesario por qué?»

Con la mitad del mensaje escrito, todavía puedo escuchar tal como sucedió frente a la puerta cerrada del micromercado, cada una de sus palabras.

«Para no tener que vivir siempre en la mentira que mis padres me cuentan».

En el momento exacto en que mis ojos se enfocan de nuevo sobre la foto de perfil —una imagen de ella de espaldas, mirando algún paisaje de su ciudad natal—, el círculo verde se ilumina bajo su nombre. Termino de escribir, rápido, antes de que desaparezca.

@Angeel25: «¡Hola, Bianca!, soy yo, Ángel, aunque de seguro puedes verlo por mi usuario, ...lol».

Respiro con fuerza cuando oprimo el botón de «enviar» y para matar la espera, me dispongo a leer noticias recientes en la sección de Tendencias. Para mi asombro, se han eliminado las publicaciones de las personas con dudas acerca de qué podía significar los símbolos raros en la espalda. Pienso, al inicio, en que debe ser porque ya resuelta la duda por los expertos, no hay necesidad de que permanezcan ahí.