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Capítulo veinte

Veo como Brianna lo fulmina con la mirada al igual que su madre—Vamos, Irina. Te llevaré a tu habitación —la sigo con mi cabeza baja siguiendo sus pasos—deberías castigarlo—junto mis cejas y alzo mi rostro, ella se detiene frente al elevador—como lo escuchaste, aunque no lo creas ese hombre con músculos y un bonito rostro está perdidamente enamorado de ti, si tú le dices 'tirate de un puente', Amir lo hará por ti—entramos y en un segundo estamos en su segundo piso.

— ¿Cómo pretendes que haga eso?

—Fácil. Sal de casa con otros hombres y diviértete más, vas a ver cómo se muere de ira y celos mientras te observa de lejos—abre la puerta de una habitación al fondo del pasillo izquierdo—Esta será, aquí no podrás escuchar nada, tienes televisión, las amas de casa están del otro lado del corredor en el primer cuarto, cualquier cosa puedes usar el ascensor y tienes a una familia inmensa que te dará lo que sea con tal de que te sientas cómoda con tu ambiente.

Asiento —Gracias, lo tomaré en cuenta—sonrío y ella cierra la puerta, mi vista viaja con detenimiento a todos los lugares posibles y recorro cada cosa por haber, camino hacia la cama y tiro mi cuerpo en ella.

Estoy cansada y tengo acidez.

Miro un punto fijo en la pintura blanca del cuarto, las luces se apagan y se prenden brevemente, me levanto y todo queda a oscuras, junto mis cejas ¿habrá un problema de luz aquí?

No creo, tal vez sea otra cosa.

¿Pero qué?

La luz nuevamente vuelve a inundar el cuarto y suspiro. Definitivamente es un problema de electricidad. Me despojo de la ropa y camino directo al baño.

Una ducha de agua caliente, eh.

Aquello pareció más como un insulto que cualquier otra cosa. Observo mi figura en el reflejo del espejo, mis proporciones están bien, soy una mujer hermosa y eso nadie lo puede cambiar.

Tal vez yo haya malinterpretado las cosas.

Amir, eres un tonto.

Tomo una ducha larga ¿Realmente esto es verdad? Y si lo es, entonces estoy embarazada y a tan corta edad. Las luces vuelven a parpadear y todo se apaga.

¿Otra vez?

Cierro el grifo y toco todas las cosas hasta encontrar la puerta, salgo del baño y a tropezones llego al pie de la cama, mi piel se eriza y siento como unas manos me tocan, soy lanzada a la cama y me aferro a las sábanas, unos labios capturan los míos y en ese momento me doy cuenta de quien es, dejo de luchar e instintivamente sus manos se posan en mi cadera en movimiento.

Ni siquiera sabía que estaba haciendo eso.

Cruzo mis manos en su cuello y lo atraigo más a mí, realmente ni yo sé porque, solo sé que tengo unas ganas interminables de tenerlo entre mis piernas. Amir flexiona sus brazos y desde ya puedo sentir como su miembro presiona contra la pantaloneta que carga, deslizo una de mis manos hasta la parte baja de su abdomen y gruñe—No creo que quieras hacer eso a menos que quieras ver como te follo— susurra contra mis labios, la luz vuelve a iluminar todo el cuarto y examino cada parte de su rostro.

Sus ojos están más oscuros, su respiración es agitada, sus labios están hinchados y su cabello húmedo se pega a su frente.

Parece un jodido actor de telenovela.

¿Qué te esperas de un Alpha?

Vuelvo a su mirada y recorro su trayectoria hasta mis pechos desnudos, rápidamente trato de taparme, pero él es más rápido y agarra mis brazos, los sube arriba de mi cabeza y coloca su mano libre sobre mi cintura —¿Qué... Qué haces?

El Hijo Del Millonario ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora