43

25.3K 1.8K 486
                                    

Capítulo cuarenta y tres

Pov Irina

En cama una vez más por culpa de Amir.

No hay otra explicación.

Jalo la manta y lo escucho suspirar —Irina, ¿podrías dejar de comportarte como una niña pequeña y dejarme un pedazo de colcha?

Me volteo en su dirección —No. Esta es mi cama, mi cuarto. El que se tiene que ir eres tú —garabateo con mis manos al aire —es más, tú no deberías estar aquí.

Alza sus brazos y toma asiento en la cama —esta bien, entiendo tus indirectas tan directas —se levanta —me voy.

—¿A dónde?

Detiene sus pasos y gira —la verdad no te entiendo, me haces sentir que me quieres y luego siento que te resbalas de mis manos, ¿a qué jugamos, Irina? Para ver si yo también puedo jugar.

—No estoy jugando a nada.

Llega al borde de la cama y cruza sus brazos —¿ah no? ¿Entonces que fue eso en el auto?

Muerdo mis labios. Esa camioneta nunca lo volveré a ver igual.

***********************************
Flashback

Subo al carro tan rápido como mis cortas piernas me dan.

Hoy tendrás un regalo, Amir Dhall.

Un bonito regalo que te hará ver que no sólo tu mandas.

Saco mis botas y las tiro a los puestos traseros, imito la acción con mi pantalón y observo mi ropa interior a juego con mi ropa.

No es la mejor, pero tampoco la peor.

Alzo mi blusa y desato mi brasier liberando mis pechos, el viento frío al abrir su puerta pega de lleno contra mi caliente cuerpo y suspiro pesadamente.

No puedo creer que este haciendo esto.

Cierra su puerta y prende el auto, observo su perfil y mis ojos lo escanean—Ya era hora, pensé que no ibas a subir — paso la lengua por mi labio inferior al ver su mirada intensa, cruzo mis piernas y lo rodeo con ellas, siento su miembro duro a través de su pantalón y cierro mis ojos disfrutando de la sensación placentera —¿Esto era lo que querías? —sonrío y dirijo mis manos a su cabello para atraerlo a mí —¿te comió la lengua el ratón, lobito? — digo al ver su cara de impresión y pego mis labios con los suyos, sus manos suben por mi espalda y me despega de él, alza mi camisa y la lanza a los puestos traseros —¿ansioso?

—Como no tienes idea —su boca encuentra mis pezones y los muerde ligeramente, aprieta mis nalgas y mis caderas empiezan a moverse en un va y ven con él —¿te acuerdas de lo que dijiste esta tarde? —enreda sus manos en mi cabello y tira de mí —ya llegó la hora de que me montes —su mano libre me pega a su pecho y atrapo sus labios calientes, juego con ellos y su lengua entra en acción con la mía.

Agarro su chaqueta y tira su cuerpo hacia delante, la bajo y está sale disparada al puesto de copiloto, tomo el dobladillo de su suéter, se despega de mí con mala gana y alza sus brazos, lo saco y lo dejo en el tablero del auto. Mis manos exploran su cuerpo y Amir vuelve a buscar mis labios con desesperación.

Se siente bien después de tanto, diablos.

Jadeo sobre su boca al sentir sus dedos tocando y llenando mi intimidad, acomodo todo mi cabello a un lado y muerdo su oreja —dime, papi —susurro —¿quieres estar dentro de mí, uh? —paso mi lengua hasta su cuello y pego mis labios de este —¿Quieres sentir lo caliente que está mi coño por ti? —desabrocho su pantalón y meto una de mis manos dentro, toco su miembro y tira su cabeza hacia atrás, cierra sus ojos y muevo mis manos tomando el control de la situación.

El Hijo Del Millonario ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora