🐶 Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 4: Eɴғᴇʀᴍᴀ 🐶

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...Listo —la joven observa con orgullo el montículo de nieve en frente suyo mientras limpia con su antebrazo las diminutas gotas de sudor que recorren su frente, apartando en el acto unos pocos mechones de cabello que se han adherido allí. Suspira y con pesadez levanta la vieja pala de nieve que ha estado utilizando en los últimos minutos, para dejarla apoyada contra unos de los pilares de madera que sostienen el pequeño techo del pórtico.

En su vida a EunBi se le hubiera ocurrido que remover nieve del contorno de un hogar resultaría tan agotador, aunque bueno, ella prefiere ser quien tiene que pasar por aquello. A su edad, no sería nada bueno para su abuela hacer aquel esfuerzo.

Antes de adentrarse en el hogar, la chica toma asiento en unos de los escalones previos al pórtico y ya sentada, uno a uno, comienza a tirar de los dedos de sus guantes hasta lograr retirarlos de ambas manos. Luego de eso se queda un rato descansando, con sus ojos posados tranquilamente sobre el bosque ante sus ojos mientras pequeñas brisas de aire golpean suavemente su rostro, haciéndola disfrutar de la serenidad que le brinda la naturaleza.

Cuando cree que ya es suficiente tiempo así, EunBi se coloca de pie y camina en dirección a la entrada del hogar. Un mal presentimiento la recorre cuando desde el pequeño pasillo a un comienzo de la casa, visualiza la sala de estar completamente vacía pero con la televisión encendida, sin señales de su abuela sentada en algunos de los sofás. Aquello es raro, a esa hora se transmite el drama favorito de su abuela y la mujer no se lo pierde por nada del mundo.

EunBi se dirige hasta la cocina para ver si su abuela se encuentra allí preparándose su merienda de media mañana, pero al llegar no hay ningún rastro de ella. Luego de pensárselo un rato, concluye que la anciana tal vez se encuentra en el cuarto de baño, así que decide dejar de buscarla y se dirige nuevamente a la sala de estar, donde toma asiento en uno de los sofás. Aunque un ruido en seco contra el piso de madera la hace sobresaltar al instante.

¿Abuela Cho-Hee? —La joven avanza hasta la puerta de la habitación de la mujer, ya que según su oído el ruido hubiera parecido provenir de allí. Algo preocupada toca tres veces la madera, pero no obtiene respuestas del otro lado. Duditativa, envuelve el picaporte con una de sus manos y luego de unos segundos esperando si se vuelve a sentir algo desde el interior del cuarto, procede a abrir la puerta.

La imagen con la que se encuentra provoca que sus ojos se abran hasta más no poder, pues su abuela se encuentra tirada en el piso–y por lo que puede apreciar–desmayada.

Con rapidez llega hasta su lado, colocándose de rodillas mientras comienza a golpetear con suavidad unos de sus hombros.— Abuela, despierta —pero la anciana no reacciona y EunBi comienza a sentir temor de lo que podría ocurrir. Pasa con nerviosismo sus manos por el rostro de su abuela y el tacto le hace darse cuenta que la mujer arde prácticamente en fiebre. Sin perder mucho tiempo, ya que sabe que no es nada bueno para su abuela seguir tendida en el suelo de madera, desliza sus brazos bajo los de la anciana y la eleva un par de centímetros del piso, para así comenzar a arrastrarla con mucho esfuerzo en dirección a su cama.

Rasca con mucho nerviosismo su cabeza, sin saber muy bien qué hacer. Tan solo esta mañana su abuela parecía estar bien de salud y ahora... EunBi vuelve a concentrarse en lo que está ocurriendo, no debe quedarse parada allí sin hacer nada, pensando en qué debería hacer, tiene que actuar ya.

Sale con rapidez de la habitación en busca de una medicina o algo que pueda servirle para disminuir la fiebre. Por suerte logra encontrar un termómetro, así que inmediatamente regresa hasta donde su abuela, que sorpresivamente se encuentra ya consciente sobre su cama, pero algo desorientada.

— Abuela —la chica con cuidado hace que la anciana vuelva recostarse en su cama, puesto que ésta se ha reincorporado sobre el colchón al verla.— Ten —EunBi le indica que habrá la boca para así poder ubicar el termómetro. Su abuela acata torpemente lo que se le pide y luego vuelve a cerrar los ojos.
Pasados los minutos necesarios, la chica retira el termómetro y observa lo que indica.— 38.5°C —murmura con preocupación.— Esa ya es una fiebre alta...

La mujer mayor asiente con dificultad antes de toser ruidosamente.— T-tengo frío... —habla en un hilo de voz. EunBi traga duro tras escuchar las débiles palabras de su abuela, al parecer las cosas son algo más graves de lo que se imaginaba.— M-mucho frío...

—Okey, yo... —la chica siente sus manos temblar y un nudo crecer en su garganta, producto del nerviosismo que le genera el no saber cómo reaccionar ante tal situación.— Veré qué puedo hacer... —lo único que desea en ese instante es que todo sea un mal sueño, que su abuela mágicamente mejore y nada de eso esté ocurriendo en verdad. A EunBi no le gusta estar bajo presión, nunca le ha gustado. Desde pequeña siempre ha intentado ahorrarse estar en este tipo situaciones, y no porque crea que no podrá actuar bajo ellas, sino que le resultan tan estresantes que llega a un punto que se siente colapsar. Pero muy bien sabe que esta vez no podrá evitarla, su abuela necesita de su ayuda y debe ser lo suficientemente madura para asumir lo que eso conlleva. Debe calmarse y actuar como se requiere. Respira profundo y luego habla.— Primero, traeré unas compresas o lo que encuentre para bajar la fiebre... tal vez alguna medicina... Y si eso no sirve... eh... luego pensaré en algo, ¿si?

Bien, EunBi al menos ya tiene un tanto más claro en su mente lo que debe hacer. Ahora solo tiene que intentar que aquel pensamiento sea lo suficientemente duradero como para poder mantenerse calmada y así ser una verdadera ayuda a su abuela, en vez de un manojo de nervios, sin saber cómo actuar.

I wish to bite you |┇| SinrinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora