I wish to bite you |┇| Sinrin

🐶 Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 39: Uɴ ғʀɪ́ᴏ ᴅɪ́ᴀ 🐶

El cielo se encuentra cubierto completamente por densas nubes grisáceas de distintos tonos, frías brisas de aire atraviesan el terreno removiendo los árboles y arbustos que se encuentran sobre éste, y el ambiente se percibe bastante frío a causa de las bajas temperaturas que afectan a la aldea. Un hecho realmente extraño, pues desde que llegó junto a su abuela que el clima no tenía aquellas características, es más, se podría decir que hasta en el último tiempo todo había resultado bastante cálido a pesar de estar en invierno.

— ¿Tienes frío, pequeña? —SinB le habla a la bebé que se encuentra removiéndose inquieta sobre la cama improvisada.— No te preocupes, enseguida vas a estar más calentita —dice tomándola entre sus brazos con cuidado, para después dirigirse junto a ella hacia la chimenea.

Que la cabaña de la híbrida no tenga cristales en sus ventanas resulta en verdad un problema, dado que aquella carencia permite que el frío proveniente del exterior se adentre con mayor facilidad en el hogar, en especial las frías brisas que pasan como si nada.

— Muy bien... —murmura mientras se detiene frente al lugar donde el fuego arde, aunque claro, manteniendo una distancia prudente de él.— Te voy a dejar un momento aquí para ver qué puedo hacer con este frío —le explica a la bebé mientras como puede deja una manta extendida sobre el suelo y luego a la pequeña sobre ésta.— Quédate tranquilita, ¿si?

La criatura se le queda viendo por unos segundos fijamente, aunque después su atención se ve captada por la forma en que las llamas de fuego danzan un poco más allá, haciendo que entonces voltee su cabeza para mirar con curiosidad aquel acto. SinB aprovecha entonces esto para alejarse un poco de la criatura en dirección a una de las ventanas, dedicádonle eso sí cada cierto tiempo una mirada de reojo.

— Uh, esto no se ve muy bien... —susurra en el instante que observa lo que acontece en el exterior, sintiendo a su vez cómo las frías brisas mencionadas con anterioridad golpean su rostro debido a que se encuentra de pie delante de lo que corresponde a una de las ventanas. Es en ese momento que, viendo y sintiendo las bajas temperaturas, se pregunta cómo le estará yendo entonces a YeRin allá afuera, puesto que la chica canina le dijo temprano que saldría de la aldea para ver si podía cazar algo, ya que consideraba que era mucho de estar viviendo tan solo a base de frutas y vegetales.— Espero que YeRin esté bien...

Convenciéndose de que sus palabras anteriores son ciertas, puesto que cree que la chica canina debe saber qué hacer con aquel clima, EunBi decide mejor concentrarse en encontrar una solución para conseguir que el frío proveniente de afuera ya no ingrese al hogar. Se queda pensando en eso un par de minutos, hasta que su mente se ve por fin iluminada cuando una respuesta llega hasta su cabeza, y es en ese instante que, tomando las mantas que componen la cama improvisada y también separándolas, comienza a llevarla a cabo mientras cubre una por una las aberturas que corresponden a las ventanas del hogar, haciendo que de paso la luminosidad de éste vaya disminuyendo hasta el punto en que tan solo el fuego ardiendo en la chimenea es la única fuente de luz.

— ¿Así está mejor? —pregunta mientras se acerca de regreso hasta donde la bebé.

Aún se puede percibir el ruido que genera el viento al remover árboles o rozar la estructura del hogar, pero al menos ha conseguido que el frío disminuya un poco en el interior.

— Eres una pequeña muy obediente —dice sonriendo mientras se inclina a tomar a la criatura, para seguido a eso sentarse junto a ella en un banquito cercano a la chimenea.— Sabes, estar así resulta bastante agradable a pesar del frío clima, ¿no lo crees?

Es mientras que se mantiene sumida en aquella charla con la bebé, y luego de pasados también unos minutos, que un fuerte ruido la distrae de su acción haciendo que levante su vista justo para observar el momento en que una inesperada ráfaga de viento se adentra con fuerza en el hogar, quitando de manera abrupta las mantas con las que había cubierto las ventanas y dejando entonces pasar nuevamente al frío, aunque está vez con mayor intensidad que antes.