— Y recuerda, no debes desviarte de-
— Del camino —EunBi se apresura a terminar la frase con impaciencia, temiendo que su abuela vuelva a repetirle las mismas palabras nuevamente, o sea ya por séptima vez. La chica cree tal vez estar exagerando un poco, pero en verdad siente que la mujer ha estado intentando retenerla con aquella frase en los últimos minutos.— Abuela, no te preocupes, ya entendí que solo debo ir por donde está demarcado —le asegura, dedicándole una pequeña sonrisa para tranquilizarla, pues puede notar la preocupación que refleja su rostro.— Estaré bien, ¿sí? Solo es ir a buscar un poco de leña, nada más.
La anciana, que se encuentra apoyada en el marco de la entrada principal con una taza de té caliente entre sus manos y una manta cubriendo la mayoría de su cuerpo, asiente sin mucho convencimiento. Su nieta se ve demasiado ansiosa por adentrarse en el bosque y teme que pueda hacerse daño por alguna imprudencia de su parte.— Ok... Confiaré en que sabrás cuidarte tú sola —dice finalmente, luego de ver la suplicante mirada de la chica pedirle marchar.
EunBi da un pequeño salto en celebración, se acerca hasta su abuela y le da un rápido abrazo de despedida, casi provocando sin querer el derrame de la taza con té.— ¡Prometo regresar sana y salva! —grita mientras desciende con rapidez los escalones a inicios del pórtico. Al estar abajo, toma el manubrio de un viejo carrito de carga detenido que la ha estado esperando junto a una hacha en su interior y empieza a tirar de él, avanzando así en dirección al comienzo del bosque, pero un momento justo antes de adentrarse se detiene y voltea a observar a su abuela mientras agita su mano desocupada por sobre su cabeza.
Luego de eso, lo último que la anciana puede distinguir de su nieta es a la chica desapareciendo entre varios árboles.
— Ten mucho cuidado, SinB... —susurra con su vista fija en donde segundos atrás estaba la joven.
[· · ·]
— Allá va... —EunBi lanza sin ánimo un trozo de leña hacia el carrito que se encuentra ubicado un par de metros más allá de donde se encuentra ella, provocando que un sonido estrepitoso de madera chocando contra metal se sienta por todo el sector, que resulta extrañamente silencio.
La verdad es que la joven no está tan emocionada de encontrarse en el interior del bosque como lo aparentaba minutos atrás frente a su abuela, es más, puede hasta afirmar que hacer aquello le resulta algo aburrido. Entonces, ¿Por qué sale a buscar y cortar leña si no le gusta? Bueno, eso en parte se debe a que últimamente el clima ha estado resultando bastante frío, en especial durante las noches y las mañanas, cosa que EunBi no ha dejado pasar en el comportamiento de su abuela, pues desde que se enfermó hace unos días atrás, la anciana no deja de quejarse por las bajas temperaturas que se perciben en el interior de su hogar. Así que pensando en una solución a aquello, a EunBi se le ocurrió que ocupar la chimenea de la sala de estar sería bueno para mantener calefaccionadas las frías noches en el hogar, y por lo tanto para eso requería de la leña. Y claro, tenía que ir a recolectarla ella, pues no iba a pedirle a su abuela hacer aquel trabajo, siendo que recién terminaba de recuperarse por completo de la fiebre.
Sosteniendo muy firme el frío manubrio metálico del carrito, la chica retoma su avance a través del angosto sendero, cubierto por unas cuantas rocas sobresalientes del suelo. Su brazo sube y baja por la agitación que sufren las ruedas del carrito al dar pequeños saltos que son provocados por los constantes desniveles del rocoso camino, que además hace que los trozos de leña se agiten de un lado a otro junto a la hacha.
Deteniendo el carrito y luego sacando el hacha desde su interior, EunBi se acerca hasta un gran tronco seco a un costado del camino que ha llamado su atención. Lo observa por unos segundos, analizando cuál de las grietas que posee podría ser la mejor para el golpe y cuando la encuentra, se coloca en posición, tomando el hacha de manera correcta; colocando su mano izquierda en el extremo inferior del mango y la diestra más cerca de la cabeza de ésta. Se aleja un par de centímetros y, siempre manteniendo su objetivo en la mira, da un primer golpe certero al que unos segundos después se le suman otros de menor intensidad, que luego de repetirlos en varias ocasiones terminan por hacer que el árbol comience a inclinarse con un profundo crujido. Para cuando la chica se da cuenta del lugar en donde se dirige a desplomarse el gran tronco, solo atina a correr en dirección al viejo carrito y empujarlo, logrando así salvarlo de una inminente destrucción, pero a la vez desviándolo del sendero... En dirección a una inclinada pendiente.
Y antes de poder notarlo, la joven se ve a sí misma corriendo pendiente abajo, con sus piernas moviéndose sin poder detenerse mientras unos metros más adelante de ella el carrito avanza a gran velocidad. Aunque como es de esperarse en aquella situación, todo finaliza con el carrito estrellándose estruendosamente contra un tronco a inicios de la colina mientras la leña que logró quedarse en su interior sale volando en todas direcciones, y con EunBi tropezando torpemente con una raíz que sobresale del suelo durante la bajada, luego rodando, y por último siendo detenida por un par de arbustos que la reciben muy amablemente al regalarle varios rasguños en el rostro y en otras partes de su cuerpo.
— Auch... —contradictoriamente a la condición en que pudo haber quedado luego de aquella caída, solo sintiendo un leve ardor por los rasguños, EunBi se reincorpora unos segundos después sobre los arbustos, clavándose una que otra rama rota en el proceso. Desorientada y medio tambaleándose, pero ya de pie, observa con incredulidad al carrito a unos pasos de ella, sorprendida pues éste se encuentra prácticamente intacto.— Las cosas viejas sí que son indestructibles —murmura sin mucha gracia, frotando algo adolorida la parte posterior de su cabeza.
Las palabras de su abuela hacen eco en sus pensamientos mientras observa ya en lo alto el lugar donde hace tan solo unos minutos se hallaba recolectando leña.— Genial, me dicen que no me desvíe del camino, y termina siendo lo primero que hago... —se reprocha en voz baja.
El sonido de una rama crujir la hace repentinamente alertarse y voltear con rapidez hacia sus espaldas.
Allí, atascado entre un par de árboles, se encuentra un perro observándola fijamente.
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Bueno, ojalá la espera haya valido la pena, pues de aquí en adelante comienza la verdadera historia (o al menos espero que sea así).
PD: Por si alguien no entendió a qué me refería con el carrito, dejaré una imagen a continuación^^'
Muchas gracias por leer~ ❤
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I wish to bite you |┇| Sinrin
Fanfic¿Un abrazo? No. ¿Un beso? No. ¿Y qué tal una mordida...? YeRin cree que la forma más sincera de demostrar su cariño es con una mordida. Y SinB, pues... ella es quien recibe aquel cariño tan especial. [. . .] Cansada de los conflictos que sus padres...