Comienza el viaje

968 31 0
                                    

Viernes

Llegó puntual a las 8 PM, parecía con una armadura de tantas cosas que tenía encima. La moto se veía aún más grande con esas maletas a los lados.

Se bajó, levantó la moto en el gato doble. Cuando se quitó el casco, se acomodó el cabello con las manos. Se acercó y con una sonrisa me abrazó. Como estaba en la acera y quedaba más alta, me pasó las manos por la cintura hasta la espada y me espachurró levantándome en el aire.

- Me hiciste mucha falta toda esta semana flacuchenta
- Si, ni pudimos hablar

Me descargó en la acera

- Uy si parce, me tenían de las güevas en el trabajo y con parciales en la U no tuve tiempo para nada mas
- Pero ya vas a poder descansar
- Si y podernos desatrasar

Mientras habría el maletero tenía una risita toda misteriosa y no me dejaba ver al interior, tapando con su cuerpo.

- Yo sé que es la próxima semana, pero no me aguanté -sacó una bolsa grande con un moño de regalo- ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

Obviamente sorprendida. Me entregó el paquete, lo descargué en la silla de la moto y me devolví para darle un abrazo pasando las manos por su cuello. Lo cogí a picos.

- ¿Y vos cómo sabes que es mi cumpleaños?
- ¿Un amigo en común me contó?
- ¿Quién? -mientras rasgaba el empaque-
- Mentira, con la ayuda de Facebook

Marica, este man quien sabe cuanto se gastó. Me compro chaqueta con protección, guantes, rodilleras con espinillera e impermeable.

- Ay Thomas -me puse roja roja de la pena- ¿pa' qué se pone en estás?
- ¿Cómo así? ¿Entonces no puedo cuidar a mi parrillera favorita?

Abrió la chaqueta le bajó el cierre y me ayudó a colocarla, estaba más emocionado que yo.

- Calculé la talla. A ver si te queda bien

Se hizo al frente, comenzó a subir el cierre y de nuevo se detuvo antes de los senos, me miró a los ojos como pidiendo permiso para continuar.

- No jodas, ya me tienes confianza ¡Dale!
- ¿Uy cómo? ¿Osea que ya puedo -abrió la palma y entrecerró sus manos, como si me las fuera a coger-
- Estás muy avispado hoy -me reí y le pegue una palmada en las manos, pero por dentro suspiraba «ojalá»-

Me levantó la barbilla con sus dedos

- Déjala así y acostúmbrate a hacerlo cada que lo subas, sino te llevas tú pellizco en el cuello con la cremallera

Me tocaba por todos lados revisando que estuviera ajustada y en su punto, hombros, espalda, codos. Ajustó una correas en la cintura y luego otras en las muñecas.

- Si, te quedó perfecta. A ver los guantes

Los sacó de la bolsa

- Tenés manos grandes, como de pianista

Los colocó y ya me sentía como un astronauta. Se arrodilló y trato de levantarme el jean desde las botas pero estaba muy apretado.

- A la próxima compramos el pantalón para que te puedas colocar estas vainas bien. Son más seguras debajo de la ropa.

Abrió el velcro de las rodilleras, las acomodó dándole la vuelta, cerrándolas en la pantorrilla.

- ¿Están muy ajustadas?
- No, están bien se sienten cómodas
- Una vueltica yo veo

Se quedó en el piso mientras yo giraba en el mismo lugar y cuando estaba de espaldas dijo

- Al menos nalga si tienes para aguantar los viajes
- ¡Ey!

Mi vida real oculta a la sociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora