La señora conversación

270 14 0
                                    

A medio día estabamos llegando a Medellín. Fuimos a lavar los carros porque con la carretera destapada quedaron llenos de polvo.

Entramos a la unidad de Pilar, el portero ni si quiera nos preguntó para donde íbamos, nos dejó pasar. No sé si por ser el carro de ella o porque dejó la autorización.

Al llegar a su casa, no más con poner el carro al frente del garaje la puerta se abre automáticamente. Estacionamos los dos carros adentro y entramos tímidamente llamando su atención.

- ¡Pilar! ¿Estas?
- ¿Holaaaa? ¿Pilar estás?

Caminamos hasta la sala y había una caja bastante grande con un moño rojo.

Desde su habitación se escuchó un

- ¡Ya vooooooy!

Abrió la puerta y la vimos bajar a toda carrera por la escalas con una toalla en la cabeza.

Vino hacia nosotros, nos abrazo a ambos por el cuello y se turno llenandonos de besos en la mejilla mientras se le escapaban una cuántas lagrimas.

- Hola smuak hola smuak hola hola snif los extrañe mucho

Nos apretó fuerte y fue inevitable no devolverle el abrazo. Nos quedamos ahí un momento de pie disfrutando estar juntos después de tanto tiempo.

Se separó, posó sus manos en nuestra mejilla y se quedó sonriendo con sus ojos aguados.

- No los quiero perder... allá pensé demasiado lo que quería y ¡no los quiero perder!
- Pilar pero...
- ¡No los quiero perder! -se me lanzó a dar un beso y la esquivé-
- Así no vamos a arreglar nada -las lágrimas rodaron por sus mejillas- te prometí hablar y eso haremos nada más
- Está bien -hizo un ademán- pasen

Nos sentamos en la sala y ella se fue a la cocina. Volvió con una bandeja con una jarra con jugo llena de hielos y tres vasos.

- Me supongo que tienen sed

Sonriendo al llenar los vasos con jugo de maracuyá helado, sabe que nos encanta. Nos pasó los vasos y se sentó en el mueble del frente cruzando las piernas.

- ¿Cómo te fue en Miami? Pensé que te ibas a quedar a vivir por allá
- Quería escuchar primero para que necesitabas mi camioneta, pero está bien, yo primero

Se desenrolló la toalla de la cabeza y se terminó de sacudir el cabello un poco. Se veía hermosa, pero tenía que aguantarme las ganas. Esta conversación no se podía aplazar más.

- Miami es una delicia, bueno tiene unos lugares más latinos y ruidosos que Medellín, pero hay otro deliciosos donde no escuchas un alma
- Que delicia -le dijo Thomas- un lugar así
- Si, estaba viviendo en Palma Beach y esa casa me acordaba mucho de ustedes, lo que siempre me han dicho que se han soñando
- Upa pero te gastabas un billetico -dijo Thomas-
- Yo no, el banco
- ¿Entonces qué pasó? ¿por qué te devolviste? -le pregunté-
- Principalmente porque no me acomodé en el nuevo cargo, tocaba asistir a demasiados eventos
- Eso es lo de menos a cambio de esa vida
- Acá soy una persona respetable de negocios. Allá esos cubanos dueños de medio Miami creían que por ser colombiana iba cerrar los negocios abriendo las piernas
- Que rabia, esa famita que cargamos un todos lados
- Si esa y la de la droga, es ridículo cuanto preguntan por polvo blanco, pero de alguna forma aprendí a manejarlo
- Sigo sin entender, porque cambiaste ese paraíso y volviste acá
- En una de esas rumbas desbordadas que hacían me perdí entre la gente me quite los tacones y me fui sola para la playa
- No te habrán...
- No, no. Afortunadamente no fue nada de eso
- Dejala terminar -interrumpió Thomas-
- Me acosté en la arena mirando al mar y me acordé de ustedes. Me puse a ver fotos de los tres y me cogió una lloradera horrible
- Perdón, sé que voy a sonar muy fría  pero ¿por qué?
- Eri, me di cuenta que ustedes son mi familia, son mis amigos... son los unicos con los que me siento tranquila de ser como de verdad soy
- Te tuviste que ir para allá para darte cuenta de eso
- No, me fui para no hacerme más daño
- Exactamente ese es el punto Pilar, no te queremos hacer daño y no estamos preparados para que todo sea diferente
- Mira yo lo pensé mucho y ser libres en el sexo, eso sí con cuidados, no me pone mal. Lo que me desquicia es esa niñita
- ¿Laura?
- Si, me cambiaron por completo por ella
- jajaja -rió Thomas irónicamente- no sabes lo que dices. Yo no te cambiaría a vos por ninguna y Erika menos
- Creo que no tenemos nada más que hablar -hagarré mi bolso y me coloque de pie-
- Erika -me llamó la atención Thomas-
- No tengo nada más que decir
- Yo si, te podes sentar por favor
- Thomas no ves que...
- Te sientas, por favor

Mi vida real oculta a la sociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora