Ritual Navideño

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Le daban vuelta, los agitaba, tocaban y ninguna se animaba abrirlo. No sé si pensaban que era algún tipo de broma. 

- ¿Qué esperan? ¡rasguen eso!

Lindos ojitos de sorpresa cuando descubrieron de qué se trataba. Fui a buscar las botellas de limpieza y lubricante; terminamos de quitarle el papel chicle, les ayudé a desinfectarlos y les entre una servilleta de papel para que lo secaran. 

Mientras ellas curioseaban, encendían y probaban las funciones en la manos. Recargué el vaporizador lo rellené con más hierba y lo encendí para que fuera tomando temperatura. 

- Mi lindo esposo como no pudo venir, nos dejó un regalo ¿Jugamos?

Las hice pasar de nuevo al colchón, pero acomodándolas bajo mi tutela. Laura y Natalia frente a frente con los pies entrelazados, Pilar a un lado de ellas. Agarré el vaporizador le di unas cuantas caladas y me senté frente a Pilar entrecruzando sus piernas con las mías.

Me acerqué a Laura para darle un beso y pasarle el humo. Le entregué el vaporizador y la invité a que hiciera lo mismo con Pilar, de ahí en adelante no fue necesario dar mas instrucciones, continuaron Pilar con Natalia y de regreso desde los labios de Natalia.

- Hasta que el vaporizador no se apague, no vamos a parar de fumar. Si alguna lo hace sale del circulo y no puede regresar

El lugar ya estaba nublado, lleno de humo, las manos no solo seguían el vaporizador sino los cuerpo, viajaban por las piernas sin reconocer si quiera si quién te estaba tocando eras tu m misma. Saqué de una de las bolsas donde tenía los regalos una cinta larguísima de satín negra, comencé a pasarla entre las piernas, dejando que se deslizar por la piel, uniéndolas con calma de los tobillos y pies para que no les fuera posible moverse de sus sitio o escapar.

- Es hora del trance

Acerqué el celular y seguí tal cual las instrucciones que me había dejado mi esposo: "Poner el trabajo completo Voidwards de Dolorian". 

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Si quieren vivir esta experiencia como propia les recomiendo que le den play y sigan leyendo, pero no respondo por las consecuencias adversas.
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Sus sonidos lentos y profundos se apoderaron de nuestros cuerpos, los besos y caricias fluían entre el humo sin la necesidad de esperar la ronda. El vaporizador terminó su ciclo, estábamos relajadas y bastante drogadas. Nos agarramos de los brazos, comenzamos a mover el torso y la cabeza en círculos, acariciamos la piel con los dedos lentamente por todo el antebrazo. Parecíamos brujas en un ritual mágico, abriendo un portal al más allá. 

- ¿Quién quiere empezar? -pregunté-
- Debería ser ella -dijo Natalia- está en el medio
- Estoy de acuerdo -afirmó Laura-

Le pedí a Pilar tomar su regalo entre las manos y lo llené con abundante lubricante.

- ¡Te queremos ver!
- ¿Haciendo qué?
- Disfrutar de tu regalo... y cuando digo disfrutar -levante el móvil y comencé a grabar- incluido Thomas
- ¿Yo sola?
- Por ahora

Dejó caer su torso hacia atrás, corrió sus nalgas hacia adelante para poder flexionar las rodillas y abrió sus piernas hacia los lados. 

- ¿Osea que todo esto es idea tuya -señaló la cámara con el vibrador- señor degenerado?

Cogió una mano de cada una de sus vecinas y las acomodó en sus muslos, ellas subían y bajaban por sus piernas acariciando, agarrando con fuerza, dejándole marcas con sus uñas.  Levantó el vibrador y sonrió a la cámara. Lo bajó por su pecho, paso por su ombligo y se detuvo para hacerse cosquillas en su clítoris sin separar los labios externos. 

Mi vida real oculta a la sociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora