Tinder

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El tema de los celos y la confianza no se supero así no más con ir al gimnasio y hacer terapia de pareja. A veces se me metía el diablo por dentro y le montaba el show de celos. Sobre todo cuando se le acercaban mujeres parecidas a como o era cuando me conoció. Ahí si me hervía la sangre.

A la terapeuta, le terminamos contando toda nuestra vida y perversiones. Su consejo fue ir retomando poco a poco la vida que llevábamos antes, disfrutar viendo mujeres entre los dos, ver porno heterosexual y algunos tríos, empezar a salir de nuevo solos, primero con amigos en los que confiábamos no iba a pasar nada y luego hasta con las que me causaban toda la inseguridad.

Pero una de las propuestas mas extrañas, fue cuando le contamos sobre Diana. Esa si que nos sorprendió.

- ¿Según entendí a vos te gustan son las mujeres?
- Si, pero este man me vuelve loca
- Es algo normal, la sexualidad no tiene porque ser acartonada o un titulo del que no se puede salir, pero... te voy a hacer una pregunta que de pronto pueda molestar a Thomas
- Dígala con confianza -le dijo él-
- Creo que lo que te hace falta es tener una novia
- ¿Qué? No yo no creo, no quiero mas enredos de los que ya tengo
- Erika, a mi me parece que aunque Thomas te ama, te sigue haciendo falta un tipo de cariño que él no te puede dar y eso solo lo vas a encontrar en otra mujer
- Pero... 
- Mor, deberias intentarlo -me interrumpió Thomas-
- No, ahí si que te termino de perder
- No amor, la doctora tiene razón, yo te lo he dicho desde que te conozco a mi no me molesta siempre y cuando sea algo serio, que no te vayan a coger de parche y te hagan sufrir mas
- Inténtelo Erika, aproveche que su esposo la entiende y la apoya

Ese día salí con la cabeza embolatada sin saber que hacer, me daba muchísimo miedo perder a Thomas o que después me lo sacara en cara y quisiera hacer lo mismo.

***

Le escribí a Diana, llevábamos años sin hablar, pero era la única en quien confiaba para proponerle algo así. Me dejo plantada mas de una vez, hasta que una noche me llamó algo molesta.

- Erika, mejor no me insistas mas, no quiero tener problemas con mi esposo, él es muy celoso y si se da cuanta de esto me meto en problemas
- Amor, pero al menos hablemos, no nos tenemos que dar picos ni tener sexo, solo te necesito -se me salieron la lagrimas- como amiga
- Eri, no puedo. Usted sabe que yo no soy capaz de verla solo como amiga
- Necesito alguien que me entienda, solo eso
- Eri, lo siento, no puedo. Porfa no me vuelvas a llamar o escribir.

Me colgó y me solté a llorar, me sentía sola en el mundo. Thomas me escucho y subió a la habitación a consolarme.

- ¿Qué pasó?
- Diana no quiere ser mi novia -de nuevo el mar de lagrimas-
- Mi vida no pasa nada, han pasado mucha...
- Me dijo que no la volviera a buscar

Thomas juntó sus cejas, se le notaba que estaba enojado.

- Amor, precisamente es lo que no quiero, que sufras por una nena. Quiero es que lo disfrutes y me vas a disculpar, pero ella está en tu pasado y cada traten de revivirlo solo se van a hacer mas daño
- Pero, tu sabes que ella es mi amor -resoplando las lagrimas por la nariz-
- Ella, fue tu amor y después me conociste a mi, te apuesto que consigues una novia mejor
- Que voy a conseguir como estoy de fea
- Uy Eri -cogiéndome la nalga y mirándome el escote- no seas descarada
- Cual descarada, ya no soy como antes
- No ahora estas mas buena todavía

Se me tiro encima, me dio picos y me tiró los brazos encima de la cabeza para hacerme cosquillas hasta hacerme reír. 

- ¡NOOO NOOOOOO COSQUILLASSSSS NOOO! ¡QUE NOOOO!

Él sabe que las cosquillas me dan mucha rabia. Se detuvo para mirarme a los ojos y me pasó la lengua por las mejillas para quitare las lagrimas que me quedaban.

Mi vida real oculta a la sociedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora