Me gustaría comprender

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Akko comenzaba acostumbrarse a la presencia de sus compañeras todos los días; sus personalidades cada vez eran más fáciles de sobrellevar y muchas veces se hallaba disfrutando del momento sin preocuparse por no recordar quiénes eran o qué habían sido de ella antes. Incluso se enteró que la profesora pelirroja que había visto hace unos días era una persona muy querida de ella.

Las cosas iban bien con ellas, pero no podía decir lo mismo con la rubia.

Ésta apenas le hablaba, cuando se topaban no le dirigía la mirada y siempre estaba alejada de todos. Sus compañeras le habían sugerido darle espacio, pero Akko consideraba que era peor hacerlo cuando la rubia era susceptible a ser controlada mentalmente por el enemigo. Creía que si mantenía una cercanía con ella el enemigo no podría controlarla.
Pero, bien recordaba, que la última vez que se dejó llevar por aquellos pensamientos, casi era atacada por la Cavendish.

Claramente, no estaba dispuesta a rendirse y darle por su lado a la joven. Fueran o no cercanas. Por lo mismo, en ese momento, Akko subía la torre norte de la academia; con la esperanza de hallar a la británica, como otros días, en el lugar. Sin embargo, cuando llegó a lo alto, jadeando con cansancio por el trayecto, notó que no había ninguna presencia alrededor. Exhausta, decidió volver en sus pasos y buscarla por toda la academia, pero tuvo que interrumpir su andar cuando notó la sombra de alguien, volando por los aires dentro del perímetro de la academia.

Creyendo que se trataba de un enemigo, se acercó al borde de la torre y extendió su cabeza hacia la misteriosa presencia; tratando de enfocar a la persona que volaba tranquilamente.

Akko: ¿...Acaso es...?- susurra para sí misma, entrecerrando sus ojos- ¡Sí es! ¡Diana! ¡Hey! ¡Por aquí!- le grita con ánimo, moviendo sus brazos en el aire mientras sonríe.

La mencionada gira hacia ella apenas, dirigiendo su escoba hacia la castaña, creyendo que tiene algo por decirle.

El sol recién se pone, el cielo se vuelve naranja y anuncia que pronto oscurecerá.

Akko: ¡Te estaba buscando!- la saluda una vez que la joven se detiene en frente de la torre, aún flotando en su escoba.

Diana: ¿Sucedió algo?

Akko: ¿Eh? No. Sólo quería hablar contigo un rato. ¿Estás libre?

Diana: Me gustaría seguir volando por otro rato, en realidad.

Akko: Claro, claro. ¿Y qué tal si me llevas contigo?

La mirada de la Cavendish se contrae en confusión, y mira hacia abajo, buscando una respuesta a la petición. La castaña la espera pacientemente, sin borrar la sonrisa de su cara.

Diana: ¿Sabes volar?

Akko: ¡No!- contesta animadamente- ¡Pero puedo ir detrás de ti! Ya sabes, en la misma escoba.

Diana: El viento es algo desfavorable para que ambas montemos la misma escoba...- menciona, aún pensando en su respuesta; pero al notar que la expresión de la asiática se apagaba, terminó por resignarse y aceptar-... Bien, te llevaré conmigo.

La sonrisa de la castaña se vuelve igual de enorme y radiante que antes, y por un instante, agita el corazón de la británica. Pero, confundida por su reacción, Diana decide romper el contacto visual y entrar a la torre; tocando el suelo sin bajar de su escoba.

Diana: Vamos, sube- le indica; haciéndole un ademán con su cabeza para que se acerque.

Akko: Jamás he hecho esto...

Diana: Debiste hacerlo mientras estudiabas aquí.

Akko: No lo recuerdo.

Diana: No tienes porqué preocuparte. Caerte es lo menos preocupante al volar conmigo.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora