Tú eres lo único que necesito.

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En la biblioteca:

Akko se encontraba dentro de la biblioteca, pronto se dio cuenta que no había nadie, estaba más vacío que el viejo oeste antes de un duelo.

La castaña se encontraba caminando sin ningún rumbo, sólo se fijaba para asegurarse de que juzgaba correctamente el lugar. Al principio creyó que Diana ya se había ido pero se acordó que podía ir al segundo piso y con todas las esperanzas de encontrar ahí a Diana, subió.

Akko: ¿Dónde estás Diana?- pensó.

Akko se asustó al ver a alguien sentado en la última mesa que había en ese piso, en un principio su único pensamiento fue que se trataba de un fantasma, pero se acercó para ver si era Diana. Para su suerte, se trataba de ella.

Diana se encontraba sentada, leyendo un libro tranquilamente, y al parecer era un libro muy interesante pues la rubia no notó la presencia de Akko hasta que esta se acercó y le habló.

Akko: Eh... hola Diana- dijo nerviosa.

Diana: Akko, hola, ¿qué haces aqui?- saludó distraídamente, cerrando su libro para prestarle atención.

Akko: Bueno yo... te estaba buscando.

Diana: ¿Necesitas algo?- preguntó, mirando a la chica con un semblante amigable.

Akko: Bueno m-me preguntaba si tu... quisieras ir con nosotras a un paseo después de comer...- soltó, riendo levemente como su último recurso para mantenerse cuerda.

Diana: Me encantaría, pero... lamentablemente no puedo- le respondió, sonriéndole con pena.

Akko: ¡¿Qué?! pero... ¿por qué?- le cuestionó, mirándola con una mueca decepcionada.

Diana: Bueno, es algo personal, aun así, diviértanse- le dijo, sonriéndole diminutamente antes de volver a abrir su libro.

Pero Atsuko no la dejó leer, pues atravesó su mano en el contenido del libro, mirándola con seriedad. Diana la observó con confusión.

Akko: Diana... sabes que puedes decirme lo que sea- recordó, mirándola con una preocupación sincera.

Diana: Yo...- comenzó, observando a la castaña con nerviosismo por el repentino cambio en su voz- Bueno... mi tía quiere que comience a tomarme más serio mi puesto en la familia, así que me pidió que la viste hoy para presentarme a algunas personas- le comentó, suspirando con cansancio al recordar la carta que le había mandado su tía aquella mañana.

Akko: ¿Y te dijo para qué, exactamente?- quiso saber.

Diana: No, no me dijo nada más. Pero dudó que me beneficie en algo- comentó.

Akko: ¿Por qué lo dices?- le preguntó.

La rubia la observó con obviedad, negando levemente mientras cerraba nuevamente el libro en sus manos.

Diana: No es importante- terminó por decir, levantándose para dejar el libro en su lugar. Akko la siguió con prisa.

Akko: ¿Tan malo es conocer a alguien? ¿qué es lo qué piensa? ¿será malo? ¡¿quizás sea un matrimonio arreglado?!- pensó la castaña, preocupada- Es posible que se trata de algo así, he oído que los matrimonios  arreglados son muy comunes entre la gente rica. Sobre todo cuando están en crisis. Pero si ese es el caso, Diana tendrá que sacrificar sus sueños por su familia, de nuevo. Se irá de la escuela, nos abandonara y nunca la volveremos a ver. Nunca lo volveré a ver...

Diana: ¿Te encuentras bien?- le preguntó, notando que la castaña estaba sumergida en sus pensamientos con una mirada afligida.

Akko: Sí, estoy perfectamente bien- contestó, incómoda y repentinamente molesta.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora