Conclusión

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La academia Luna Nova había caído en una abrumadora oscuridad plagada de maldad; el aire caliente y la brisa espesa del ambiente entorpecía el razonamiento de las brujas que combatían al enemigo con determinación y valor. Cada vez, mientras el tiempo pasaba, las fuerzas de ambos bandos se reducían, con una desafortunada mayoría para las brujas, quienes agotadas por el tiempo en batalla y las constantes intromisiones en su consciencia, caían rendidas ante el enemigo.

A pesar de esto, quienes aún se mantenían de pie, enfrentando al enemigo, daban todo de sí para ayudar a sus aliados y proteger la academia donde se resguardaban sus alumnas.

Chariot, que se hallaba en medio del alboroto, enfrentando a la causante de todo aquel escenario, volvió a desviar otro hechizo dirigido hacia ella; haciéndolo impactar contra dos ogros a sus espaldas que atacaban a sus compañeras, dejando en claro su increíble habilidad con la magia. Aquello divertía al demonio que la enfrentaba, pues le recordaba a la gran guerra mágica que hubo hace siglos, donde encontró a dignos rivales que la hicieron perecer en su momento.

Ahri: ¡Eres una gran bruja! ¡digna del título que se hereda desde siglos, antigua portadora de la vara brillante!- soltó con euforia, atacando sin descanso a la pelirroja- ¡¿Qué se sintió tener tanto poder a tu merced?!

Chariot frunció el rostro cuando otro hechizo impactó contra su escudo, logrando quebrar un poco su defensa. Ella reconocía que su cansancio estaba aumentando conforme el tiempo pasaba, en un principio no le había costado desviar los hechizos contra ella, sin embargo, ahora, apenas lograba mantener activo su escudo sin jadear con agotamiento. Las gotas de sudor sobre su frente, corriéndose hasta su mejilla y posteriormente cayendo de su mentón hasta el suelo, le recordaban que los años no pasaban sin cambios. Y ella estaba realmente agotada.

No fue hasta que, pensando que podría bajar la guardia un segundo, fue finalmente impactada por un hechizo del demonio, el cual la dejó fuera de combate y la empujó a los pies de los enormes monstruos verdes, los cuales al momento de verla indefensa y en desventaja, levantaron sus enormes mazos y los dirigieron hacia ella.

La tierra del campo se levantó con fuerza cuando las pesadas armas impactaron, y por un momento, el silencio en aquel sector se presentó. Sin embargo, para cuando los ogros levantaron sus mazos, lo único que se hallaba debajo de ellos era un enorme hueco en la tierra partida. Ambos monstruos gruñeron con ferocidad al ver que su objetivo había escapado, y alzaron la vista al cielo, donde observaron a dos mujeres levitando gracias a la magia de un pequeño aparato, la pelirroja era cargada en brazos por una mujer de corto y morado cabello, que, sin vergüenza, soltó una clara burla hacia el nulo intelecto de las bestias.

Croix: Veo que su nula capacidad de entender lo más básico viene del egoísmo de su líder- comentó en voz alta hacia los ogros, sabiendo de antemano que no podían entenderle pero quien sí podía la miraba con una ira impresionante- Que lástima, no saben que han cavado su propia tumba al atacar a mi chica- y sin dejar pasar más tiempo, sacó su varita, haciendo desaparecer con un simple hechizo a ambos ogros, reduciéndolos a nada en el aire.

Ahri torció su sonrisa con furia, dándose cuenta que su nueva rival era igual de fuerte que la anterior, sabiendo que tardaría más de lo que esperaba en terminar su plan al tener que derribar otro pilar fuerte de la academia.

Por una fracción de segundo, se arrepintió de haber subestimado a las brujas que habitaban en la academia, pero decidió dejarlo de lado no bien notó que ella llevaba la ventaja en la pelea, creyendo que si seguía derribando a los pilares más fuertes de la escuela de magia, pronto solo tendría que tomar las vidas de las alumnas en ese lugar y hacerse de poder con el libro que se hallaba enterrado en alguna parte de la academia.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora