El gato de ojos azules

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La castaña despertó al sentir un intruso sobre su estómago, talló sus ojos y dejó que los mismos se acostumbraran a la luz. Luego miró a aquel gato negro de lindos ojos azules, la miraba con algo que la incomodaba, seguía sintiendo que ese pequeño la conocía.

Akko: A Diana le encantaba mimarte...- tocó la cabeza del pequeño gato negro y sonrió- Me robabas su atención, que pesado.

Acarició la espalda del pequeño gato y siguió hablando con él sobre Diana. Hasta que sus amigas y sus dos maestras queridas entraron escandalosamente por la puerta, haciendo que el gato saltara y huyera lejos de aquellas "ruidosas" y "locas" personas.
Akko miró brevemente por donde se había ido el gato y luego miró a sus amigas.

Akko: Hola.

Lotte: Buenos días, Akko.

Sucy: Te trajimos un regalo no explosivo.

La castaña sonrío y miró a sus maestras.

Chariot: Como ya estás más recuperada, estoy segura de que eres capaz de caminar, pero no queremos arriesgar tu estabilidad. Así que compramos algo mucho mejor.

Amanda entró con una sonrisa radiante junto a Constanze, la pequeña Constanze estaba sentada en una silla de ruedas y sonreía. La castaña estaba asustada.

Akko: ¿Q-Qué le pasó?- preguntó con temor.

Amanda: Pff... nada boba. Esta silla es para ti- le dio vueltas a la silla y sonrió- ¿Te gusta?

Akko sonrió y asintió energéticamente.
Todas sonrieron enormemente y chocaron sus manos.

Amanda: Genial. Vamos a estrenarla.

Akko: De acuerdo- se sentó en la orilla de la camilla y suspiró- Necesito que me ayuden.

Croix: Yo lo hago.

Pasó la mano de la castaña por su cuello y la cargó con delicadeza. La ayudó a sentarse en la silla y sonrió.

Croix: Listo, señorita. Vayan y diviértanse, pero por favor no la vayan a tirar. No queremos accidentados de nuevo.

Las chicas asintieron y se llevaron a Akko.

Akko: ¡Al fin! Ya no quería estar ahí, lo único que olía todo el día era la medicina que me daban.

Amanda la miró con horror y las demás rieron. Mientras recorrían los pasillos la castaña se percató de las pocas almas que se encontraban por ahí, haciéndola confundir.

Akko: ¿Por qué no hay nadie por aquí?

Lotte: La mayoría de las estudiantes están en el pueblo. Las maestras las mandaron a asegurarse de que todo estuviera en orden- le sonrió dulcemente.

Akko: ¿Y Hanna y Barbara?

Sucy: Con Diana.

Akko: ¿No vendrán?

Lotte: Vendrán, sólo que más al rato. Querían ver cómo se encontraba Diana.

Akko: ¿La han visto?

Amanda: Aún no despierta, por si eso quieres saber- mencionó con indiferencia- Llegamos, ¿no te parace genial? La vista es maravillosa estos días. Es como si al fin el mundo tuviera paz.

Akko: Tienes razón.

Las chicas miraron el bello amanecer con detenimiento, pensando en un sin fin de posibilidades, todas relacionadas con su futuro. Akko sintió algo pasar por sus piernas y miró al gato.

Akko: Oye- lo recogió y lo elevó a su altura- Me estás molestando mucho, ¿será que por fin te agrado? Tú ya me agradas.

Lotte: Es muy lindo Akko, ¿cómo se llama?- preguntó intrigada.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora