Destinos compartidos

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El último grito de valor fue lo que aclaró la mente de Akko, justo cuando su mente se apagaba, el hechizo que la sacaría de apuros en ese momento apareció en su mente con claridad. Y sin dudarlo, lo recitó en su mente, todas las veces que fueron necesarias hasta que pudo sentir la liberación de su cuerpo.

Lo primero que hizo al regresar a su cuerpo fue salir del agua de un movimiento, buscando aire con prisa, despertando a la rubia que permanecía a su lado.

Diana: ¿Akko? ¡Akko, ¿estás bien?!- soltó con preocupación, tomándola de la espalda mientras la otra trataba de tomar aire.

Croix: ¿Cómo te sientes?- preguntó, acercándose a ella con una toalla, esperando a que la tomara.

Sin embargo, apenas dejo de sentirse asfixiada, el cansancio le cobró factura, e inevitablemente dejó su peso caer al frente, siendo sostenida por los brazos de la rubia abrazando su cuerpo.

No había perdido su consciencia, pero no lograba distinguir las voces que le hablaban, el ruido sordo en sus oídos no la dejaba escuchar nada más, y su cansancio le impedía levantar la mirada para observarlas.

Croix: Está exhausta.

Diana: Akko- llamó con preocupación, ayudándola a ponerse erguida, jalándola hacia ella para que su cuerpo se recargara en la bañera, tomando la toalla que la profesora le ofrecía para limpiar el rostro mojado de la castaña- No debí dejarla hacer esto...- mencionó con culpabilidad.

Croix: Imagina lo que habría sucedido con tu cuerpo en tu estado actual si decidias entrar. Akko iba con toda su energía, sin embargo llegó consumida y cansada.

Diana apretó su rostro, entendiendo el punto de aquella discusión, pero aún sintiendo que era culpable del estado deplorable de la asiática.

Croix: Tengo que ayudar a Chariot, así que dejaré en tu criterio lo que quieres hacer con Akko.

Diana asintió lentamente, teniendo en claro lo que haría para ayudar a Akko. Solo esperando a que se fuera su profesora para iniciar.

Croix: Cuídense, ¿si?

Diana: Ustedes también.

Croix: Terminaremos con esto- fue su forma de despedirse, saliendo de la habitación con prisa.

Diana volvió a observar la expresión exhausta de la chica que sostenía, y suspiró frustrada, tallando con delicadeza su rostro, delineando cada parte de su cara mientras pensaba en el hechizo que usaría, repitiéndolo una y otra vez en su mente.

Diana: Sharing Vitae...- susurró.

Después de la mención del hechizo, sus cabellos y los de la castaña comenzaron a flotar, moviéndose con lentitud y ritmo en su lugar, mientras pequeñas partículas doradas reposaban en el pecho de la castaña, adheriéndose a ella. Diana sintió un fuerte apretón en su interior, lo que significaba que el hechizo había funcionado y ahora compartía un lazo de vida con Atsuko.

Sabía que tendría que explicarlo a la castaña en cuanto esta tomara de su energía vital para recuperarse, y aunque probablemente discutirían sobre ello, ya estaba hecho y no había forma de deshacerlo.

Sus destinos estaban unidos a partir de ese momento.

...

Después de aquello no pasó mucho tiempo para cuando la castaña recuperó su energía, puesto que la energía de Diana era poderosa, sin embargo, cuando abrió sus ojos y visualizó donde se hallaba, Akko se apartó del toque de la Cavendish con prisa, observando su alrededor con detenimiento.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora