Atsuko Kagari

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Llevo mucho aprendiendo a cuidar lo que digo, siempre estropeó todo y la mayoría de las veces que estropeó algo es con las personas. Me dejan de hablar después de haber arruinado algo. No los culpo, yo también quisiera estar lejos de alguien que no mide lo que dice, me gustaría no ser así.

Pero al entrar a Luna Nova todo cambió.

Conocí a personas que también estropean todo y me agrada saber que no soy la única. Lotte, Sucy, Amanda, Jasminka y Constanze son esas chicas; son mis amigas. ¡Son maravillosas!
Pero hay una chica en especial, Diana Cavendish. Una rubia de ojos azules.
Ella... como la detesto. ¡Es genial en todo! Los profesores la adoran, las alumnas la idolatran ¡y su cuerpo parece tallado por los mismos dioses!

Odio admitirlo pero... desde nuestras primeras interacciones no dejó de querer más de eso. Sé que cada vez que hablamos sólo terminamos peleando pero... me agrada estar cerca de ella. ¿Será que soy masoquista?

{...}

Hay alguien que ha estado atacando la escuela y el pueblo, no se sabe qué es aquello que ataca o quién es. Me da miedo pensar en que pueden destruir la escuela o peor que pueden...

—¡Que te dije!, ha estado mirando a la pared desde hace media hora— reí al escuchar a Lotte decir eso.

—Quizás esta volviéndose loca— comentó Sucy. Siempre tan linda conmigo.

—Estoy bien chicas, sólo pienso un poco —No quería preocuparlas y menos hacer que me odien.

—¿Tú? ¿Pensar?— escuché a Sucy decirme, obviamente con burla.

Pero...

Qué dirían o pensarían si les dijiera que una rubia perturba mis sueños... de buena forma... creo... ah... rayos...

Todas salimos al escuchar la alarma de la academia, comenzamos con el protocolo de seguridad y salimos al campo de la academia. El cielo estaba oscuro en mediodía, quizás habría lluvia. Amanda golpeó levemente mi hombro y la mire confundida.

—Se disimulada— Me dijo en un tono burlón.

Hice un puchero y mire a Diana por un momento, ella parecía igual de asombrada que yo con el cielo, nadie mas parecía darse cuenta a excepción de ella y yo. ¿Por qué?

Nuestras miradas se encontraron por un instante. Esta vez no nos miramos con enojo sino con... con qué será.
No lo sé pero me gustó, su mirada era cálida y me tranquilizaba inexplicablemente. Ella fue la primera en desviar la mirada, me hubiera gustado que durará más.

Suspiré y escuche a algunas chicas decir que quizás nos atacaba un villano. Pero, Diana y yo habíamos derrotado al misil de Croix. Eso era imposible.
Ahora que recuerdo, cuando Diana y yo destruimos ese misil, estuvimos solas por un momento.

Recuerdo que esa es una de las razones por las que no dejo de pensar en Diana. Nuestra cercanía fue surreal. Habíamos terminado con aquel misil, estábamos solas, mirando como todo volvía a la normalidad, éramos sólo nosotras.
Recuerdo haber mirado a Diana más de lo que debía, creo que ella se dio cuenta, pues después de unos minutos también me miró. Sus ojos azules, penetrantes y hermosos, justo como ella.

Lo que siguió fue algo inesperado para ambas, supongo.

Diana tomó mi mano y me sonrío como a nadie mas se lo ha hecho, y me dijo algo que nunca olvidaré.

SOLO A MÍ   [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora