Melanie Parker, la sumisa.

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Querido diario...

Quedan pocas páginas, y no sabes cuánto he disfrutado de escribir y más de vivir lo que contienen estas páginas, pero me temo que sea la última vez que escriba aquí, pues las cosas han cambiado, la sumisa Melanie Parker ha cambiado.

He cambiado para bien, ya no soy la Melanie temerosa e incomprendida que empezó a escribir este diario, y ahora tengo la respuesta que tanto martilleaba en mi mente, quién soy, me he encontrado, sé quién soy. Melanie Parker, es mi nombre, soy una mujer valiente e inteligente, creyente de Dios, y capaz de soportar lo que sea por amor a mí misma, por el hombre que amo, y antes de nosotros sé que soy capaz de dar la vida por el pequeño bebé que vive en mi interior, eso es lo que soy, esa es la Melanie que siempre quise ser.

He tenido que pasar cosas que jamás imaginé, me entregué a un hombre del que no sabía nada y del que terminé amando, porque en él y con él, me sentía viva, me sentía mujer, me enamoré por lo que me hacía sentir, y no en el plano sexual, no, era como persona. Luego de eso, jamás pensé que mi madre sería capaz de pegarme de una manera tan bruta, que su religión, donde se supone que se profesa la paz y el amor, no sean capaces de entender que las mujeres servimos para algo más que estar en el hogar, que somos mucho más que una sombra detrás de un hombre, y que tenemos derecho decidir que queremos ser y que queremos sentir.

Hoy miro los pasos que he dado estos últimos meses y me permito sonreír ante las ironías que tiene la vida. Yo, Melanie Parker, una mujer sumisa, ante la religión, ante su familia y ante una sociedad, tuve que sumirme ante un hombre, que los ojos de los otros era un pecador, para encontrar mi verdadera libertad. Thomas Growney, el hombre al que llamo amo, el que hoy es mi hombre, ese que cuando quiere me sube la falda y me da un azote, tuve que entregarme a él en mi última prueba de sumisión, para saber, para entender y para tomar la valentía de luchar por ser algo más que una simple sumisa para quien quiera ser el amo.

Me he liberado, dentro de poco seré ingeniero, y dentro de poco más seré madre, esto último no me lo esperaba para nada, pero Thomas y yo lo hemos asimilado, y creemos que podemos hacerlo bien si lo hacemos juntos. Seremos padres, lo digo y aún me cuesta creerlo, una pequeña vida crece dentro de mí, y ya lo amamos. El señor Growney dice que si es niña se llame Melanie como yo, y si es varón yo quiero que se llame Thomas, como su padre.

Nuestro amor seguirá creciendo como la espuma, tenemos que aprender a convivir como pareja, tenemos que aprender tantas cosas y a la vez le enseñaremos de todo a nuestro pequeño bebé. No será nada fácil, pero estamos dispuestos.

La decisión de culminar el diario ha sido mía, y a Thomas le ha parecido bien, no quiero que me vea como una sumisa, ya no más, desde ahora seré la mujer cumpla con sus deseos, si él desea azotarme, lo complaceré poniéndome boca abajo sobre su regazo para que lo haga, si desea amarrarme, le ofreceré mis muñecas y mis tobillos para que lo haga, si él desea verme retorcer de placer, lo haré solo para él, para cumplir sus más oscuros deseos.

Ya no más sumisa...

Esta será la última memoria de la sumisa,

Melanie Parker.

Viernes, 01/ 07/ 2018.

05:02 pm.

Memorias de una sumisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora