Querido diario...
Hoy he montado al señor Growney, si montado, he cabalgado sobre su rica polla hasta llegar al cielo, me ha encantado aunque el principio creí que no podía hacerlo, pero mi amo saca la perversión de mi, me hace hacer cosas que jamás creí posible, como montarme sobre él y darnos un orgasmo increíble para ambos, siempre creí que me conformaría con una penetración sencilla donde solo mi pareja llegara, una de las costumbres de mi familia es que en el sexo las mujeres siempre van abajo y reciben solo lo que sus maridos pueden darles, pero otro día escribiré sobre dichas costumbres, que son bastante ilógicas y conservadoras.
Se que montar a un hombre no es nada del otro mundo pero a mi me emociona muchísimo, nosotros vamos poco a poco, aún no hemos empezado con la sumisión como tal, o al menos no hemos hecho nada de lo que leí en los libros que me dio, el señor Growney quiere que me sienta cómoda primero con él en el sexo y luego pasaremos a la siguiente fase, en nuestros encuentros hemos notado que nos conectamos con facilidad, estoy dispuesta a recibir todo lo que mi amo quiera darme y ya me he acostumbrado a su pene aunque según las palabras del señor Growney sigo siendo deliciosamente estrecha.
Hoy todo fue muy atrevido, estábamos en una reunión con papá en su empresa y el señor Growney nos sacó alegando a mi padre que me necesitaban en una de sus construcciones (cosa que yo inocentemente creía cierto), mi padre estaba un poco incrédulo, pero mi amo sabe utilizar perfectamente el don de la palabra e hizo que mi adorado papi cayera en su trampa, pero no le daré mas vueltas así fue exactamente como todo sucedió...
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Memorias de una sumisa
Literatura FemininaNo es una historia... No es una novela... No es un libro... Son las memorias de una chica que se entregó a la sumisión... -Ahora que has aceptado ser mi sumisa pequeña Melanie debes llevar un diario- sacó de la gaveta una libreta negra con unas bril...