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Al día siguiente por la mañana aparece Eliott en mi habitación.
—Tenemos que hablar.— Decía Eliott ya dentro de la habitación.
—¿Podrías llamar?, ¿Y si estuviese desnuda?.— pregunté.
—No me asustaría.— Decía Eliott con tranquilidad.
—¿A que se debe esta agradable visita?.—
—Está tarde celebraré una pequeña fiesta de negocios y quiero que te comportes.— Decía Eliott.
—¿Fiesta de negocios?, ¿Acaso trabajas?.—
—Hago Marketing, y varios socios míos vendrán, si no sales de la habitación mejor.— Decía Eliott saliendo de la habitación.
Me trata como si fuese un bebé, ¿Quien se cree que es?, Iré a la fiesta, pero necesito un vestido.
—Rosa.— Grité desde la puerta de mi habitación.—
—Quieres por favor no gritar, pareces una ordinaria.— Decía Hannah bajando las escaleras.
Esta estúpida siempre tan simpática.
—¿Que necesita señorita Amy?.— Decía Rosa.
—Necesito que me compres un vestido, el más caro y bonito que veas.—
—¿Es para la fiesta?.— Pregunta Rosa.
—Si, y no te preocupes por el dinero, Eliott paga.—
—Está bien, enseguida llamo a la diseñadora de la familia, seguro que tiene algo para usted.— Decía Rosa.
—Perfecto, cualquier cosa estoy aquí.—
Al cabo de 2 horas Rosa llama a la puerta de mi habitación.
—Señorita Amy, Aquí tengo su traje.— Decía Rosa entusiasmada.
El vestido era precioso, largo con los hombros caídos,encaje en las manos y de color verde.
—Me encanta Rosa, van a alucinar cuando me vean.—
—Seguro que si señorita Amy.— Decía Rosa sonriente.
Almorcé y nada más acabar fui a prepararme.
Al cabo de 1 hora ya se escuchaba gente en la planta baja.Me aseguré de estar perfecta y bajé.
Había bastante gente, todos estaban muy arreglados, la mayoría eran chicos, algunos de ellos traían pareja.
Al bajar las escaleras todas las miradas eran para mi.
Empezaban a susurrar y sonreír.
Me miraban como unos completos bobos.
Nada más bajar un chico rubio de ojos claros se acercó a mi.—Está usted maravillosa, soy Alan, encantado.— Decía Alan besándome la mano.
Que chico más encantador y guapo.
—Yo soy Amy encantada.— Dije sonriente.
Mientras charlábamos se acercó una chica con una pequeña bandeja sirviendo vino.
—¿Les apetece?.— preguntó la chica.
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LA ELEGIDA © #Wattys2019
RomanceTodo tiene un precio, todo puede comprarse y Amy Foster lo descubrirá.