LA ELEGIDA © #Wattys2019

Complicaciones.

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—¡¿Que?!.— Pregunté sorprendida.

Rosa bufo.

—Es difícil de explicar.— Decía Rosa.

—Pero... ¿No decíais que Eliott no tenía familia?.— Pregunté.

—Es complicado, yo no soy la indicada para hablar de esto.— Decía Rosa.

—No entiendo nada.—

—Te pido que no le digas nada a Eliott y que no hables más con ese chico.— Decía Rosa.

—¿Hades?.—

—!No pronuncies su nombre!.— Gritó Rosa.

Nunca había visto a Rosa así.
Realmente Hades debió hacer algo muy malo para que sea el innombrable.

—Está bien, tranquila.— Dije intentado calmarla.

Al cabo de unos minutos Rosa se fue.

Aún no podía creer que Eliott tuviese un hermano, y mucho menos que fuese Hades.

Hades y Eliott no tienen nada en común y al parecer no solo físicamente.

Eliott era un joven educado, con apariencia elegante, nunca se despegaba de su traje, serio y estricto.

Mientras, Hades es muy diferente.

Sus ojos oscuros, su cabello,sus piercings ,tatuajes y su ropa con tonalidades oscuras.

Pero había algo que compartían, los dos eran extremadamente guapos.

Ya eran las 2 de la mañana aproximadamente.

La noticia me dejó en shock.

Intente dormir y dormir.

Fui al baño, cuando volví no podía creer lo que vi.

¡Hades estaba tumbado en mi cama!.

—Pero...¿Que?.— Pregunté sorprendida.

—Está muy cómoda tu cama.— Decía Hades.

Lo miré con cara de desaprobación.

—¿Que haces aquí?, ¿Como entraste?.— Pregunté curiosa.

—Debo confesarte que... Soy ninja.— Decía Hades serio.

—Si claro.— Dije entre risas.

De un momento a otro Hades se levantó de la cama para ponerse frente a mi.

—También me entero de todo.— Decía Hades mirándome fijamente.

Trague saliva, Hades me ponía muy nerviosa, no sabía si podía confiar en el.

—¿A que te refieres?.— Pregunté.

Hades se acercó más a mi, podía notar nuestras respiraciones.

—Tu y mi primita, habéis tenido una buena charla.— Decía Hades.

—Aún no puedo creer que seas un Walker.—

Hades se giró y se sentó en la silla del escritorio.

—Ni yo que fueses a casarte, eres muy joven aún.— Decía Hades chismorreando mis cuadernos.

—Eh deja eso.— ordene.

—¿Que pasa?, ¿Es tu diario?.— Pregunta Hades.

Lo miré tímida.