LA ELEGIDA © #Wattys2019

Cambios.

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Escuché cada una de las palabras que me dijo.
¿Acaso era una amenaza?.

Salí rápidamente a la terraza,me senté en una de las butacas, dispuesta a pensar que hacer.

—Oye, ¿Se puede saber que eran esos gritos?.— Pregunta Hannah entrando en la terraza.

—Eliott.—

—Ya se que fue Eliott.— Decía Hannah.

—Necesito estar sola.—

—¿Te hizo algo?.— Pregunta Hannah.

—No, solo necesito estar sola,por favor.—

—Está bien, me voy.— Decía Hannah.

Al cabo de unos minutos salí de la casa, pude salir ya que las llaves no se las devolví a Eliott.

Caminé sin un rumbo fijo.

Llegue a una cafetería con estilo francés,era bonita y elegante.

Entré,pedí un café y me senté.

—Amy.— Grita alguien a lo lejos.

Me giro para ver de quien se trata.

—Oh,Alan.—

Se acercó y me beso la mejilla.

—¿Que haces por aquí?.— pregunta Alan.

—Necesitaba pensar y relajarme.—

—Te entiendo, Eliott puede ser difícil,¿no?.— Decía Alan.

—Si, aunque...—

—¿Estas con el?.— pregunta Alan.

—No.—

—Eso es genial, ¿Que te parece si nos damos la oportunidad de conocernos?.— pregunta Alan entusiasmado.

—¿Conocernos?.— pregunté.

—Si,solo conocernos, y si ya después decidimos que pase algo más.... pues genial.— Decía Alan.

—Bueno,lo pensaré.—

—Bien, aquí tienes mi número de teléfono por si decides darme una respuesta.— Decía Alan sonriente.

Alan era un chico de muy buena familia, se veía amable e inteligente, no tenía nada que ver con Eliott. Además de su agradable físico.

—Vale, ya te llamaré.— Dije saliendo de la cafetería.

No sabía bien si debía o no llamarlo, ya que mi situación con Eliott no está del todo solucionada.

Llegue a casa y me abrió Hannah muy contenta.
No pude evitar preguntarle.

—¿A que se debe esa cara de felicidad?.— pregunté.

—No te lo vas a creer.— Decía Hannah sonriendo.

Detrás de ella apareció Eliott.

—Hannah y yo hemos empezado una relación.— Decía Eliott agarrándola por la espalda.

—¿Una relación?, Pero si sois familia.— Dije sorprendida.

—Actualízate un poco Amy, los primos pueden salir, miles lo han hecho.— Decía Hannah con superioridad.

—Además así todo se quedará en la familia.— Decía Eliott.

—Bueno, pues felicidades, me alegro mucho por ustedes, que sean muy felices.— Dije mientras me dirigía a las escaleras.