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El futuro se veía prometedor, mi vida iba logrando alcanzar una estabilidad en todos los aspectos y lo mejor era poder compartirla con Marco, quien la próxima semana debía acudir a sus siguientes estudios. No podía dejar de pensar en estar juntos y si las cosas resultaban bien en quince días podríamos finalmente entregarnos al otro.

El lunes nos dirigimos a la clínica donde era atendido para poder recibir información sobre el PREP, después de tomar mis muestras de sangre y confirmar mi estado negativo pasamos a hablar con uno de los doctores y una de las psicólogas pues debía darnos la asesoría correspondiente para una pareja serodiscordante, termino que se utiliza para cuando en una pareja alguno de los componentes tiene VIH y el otro no. Eran sencillas las indicaciones para evitar un contagio y una vez que él se encontrara indetectable y yo comenzara con el PREP el riesgo de contagió era técnicamente imposible. De igual manera nos dieron apoyo psicológico para sobrellevar la situación y que no afectará a la relación.

Llegue a la oficina para avanzar en mis labores pues el miércoles tenía mi segunda cita en la cuál ya me entregarían el medicamento. Algo en el ambiente laboral me hizo darme cuenta de que algo estaba sucediendo, seguramente serían algunos rumores sobre la junta que mas tarde tendríamos pues se especulaba sobre cambios importantes, los cuales nos daban la posibilidad de subir de puesto e incluso poder cambiar de residencia al irnos a trabajar a otra de las oficinas del país.

Antes de salir a almorzar terminé el reporte que debía entregar en la junta, me concentre y hasta la tercera vez que tocaron la puerta de mi oficina me di cuenta, entro Alberto quien parecía un poco nervioso, le dije que los rumores siempre se generaban en ese tipo de juntas, que no se preocupara pues sabía que trabajaba bien y todo le saldría bien. Tomo un poco de aire y una sonrisa se formo en su cara, me pidió que no dijera nada pero le habían ofrecido el poder irse a trabajar a la oficina del norte dónde ya lo conocían y había aceptado, lo felicite pues sabía que lo merecía y tal vez era lo que necesitaba para poder continuar con su camino, sabía que extrañaría su amistad pero lo mejor era estar separados. En la junta me entere que Sofy ocuparía mi lugar pues yo subiría de puesto, algo totalmente inesperado pero que agradecí de corazón a mis jefes.

El miércoles llegamos puntuales al consultorio, sentía un poco de nervios pues no sabía como reaccionaría mi cuerpo. Al llevar mis actividades durante el día me recomendaron tomar la pastilla un par de horas después de cenar y así evitaría los síntomas que podían llegar a presentarse. Cada mes debía acudir para verificar que todo estuviera bien, ahora solo debía esperar a que Marco se realizará sus estudios y nos dieran los resultados, a pesar de que ya éramos pareja y del deseo que sentíamos por el otro decidimos esperar antes de poder tener relaciones por primera vez.

Los cambios en el trabajo sucedían rápidamente y aunque aún no terminaba la semana nos despedimos de Alberto quien comenzaría su nueva aventura de inmediato, esperaba que en su nueva residencia encontrara la felicidad que se merece, por suerte podría estar con Sofy mas cerca durante un par de semanas en lo que la capacitaba y al ser su jefe directo pasaríamos mas tiempo juntos, algo que nos tenía totalmente entusiasmados, trabajar con tu mejor amiga era una gran ventaja y algo que íbamos a disfrutar.

Las pastillas nunca me habían gustado desde niño, a pesar de que pocas ocasiones me llegaba a enfermar el tener que ingerir un medicamento nunca me agrado, pero esta vez todo lo hacía por amor y no era tan malo como una inyección. Mis nervios siempre se notaban, por lo que Marco tomo mi mano y me explico que lo mejor era estar relajado, durante las primeras semanas de su tratamiento había sentido dolores de cabeza y mareos fuertes, pero mi tratamiento era menos agresivo y de acuerdo a las instrucciones podía presentar nauseas y mareos pero al pasar los días dejaría de sentir los efectos.

Siempre admire a Marco y saber que el tuvo que pasar por todo solamente por su cuenta me hizo valorarlo aún mas, sin el no sería tan fuerte para afrontarme a una situación similar y no sentir miedo. La pastilla paso fácilmente por mi garganta y sentí el sudor en mi espalda, me dio un tierno beso y le agradecí por estar junto a mi, no sabía que esperar y cuanto tardaría en surtir efecto la medicación. Creí que no abría síntomas durante la primera media hora pero luego un poco de mareo se hizo presente pero nada que no pudiera soportar.

El sol empezaba a mostrarse por la ventana cuando el despertador empezó a sonar, un poco de nauseas eran perceptibles pero nada con lo que no pudiera vivir, me reí de mi mismo pues mi propia ignorancia había hecho que me preocupara de manera innecesaria, algo bastante común en la población, pero era mejor estar prevenido y tener los cuidados pertinentes. Unos cuantos días y mi vida seguiría olvidando los mareos y náuseas.

La semana paso rápido y el siguiente lunes acompañe a Marco para su siguiente chequeo, algo que me sorprendió fue ver la cantidad de personas que asistían y las diferencias notorias entre cada una de ellas. Desde personas aún mas jóvenes que nosotros hasta personas de una edad ya avanzada, de todos los rangos sociales y si algo es verdad es que las enfermedades no discriminan y cualquiera puede ser vulnerable a contraer alguna, por mas que nos digamos que a nosotros no nos va a ocurrir o al tener prejuicios y considerar que solamente le sucede a un determinado grupo de personas, se debe de reforzar la empatía social y hacer conciencia sobre la prevención, la cuál es para todos.

Me sentía cada vez mas cercano a mi novio y decidí que ahora si debía conocer a mi familia como tal, si bien ya sospechaban que algo ocurría entre los dos, ahora si era tiempo de darle su lugar y que pudiera saber que mi familia lo aceptaría y apoyaría nuestra relación. Hable con mi madre para poder organizar el encuentro, noté que no parecía sorprendida cuando le dije que ya tenía novio y que quería presentárselos, seguramente se había encargado de que Sofy la mantuviera al tanto de lo que ocurría en mi vida.

El domingo llego y antes de ir a casa de mis padres pasamos por un poco de vino, sabía cual era el favorito de mi papá y quería que Marco causara una buena impresión a mi familia para que lo quisieran casi tanto como yo, me pregunto por el postre favorito del pequeño armando y compramos un pastel de tres chocolates que sabía le encantaría. Me sentí afortunado de ver que mi novio quería ganarse a toda mi familia y los dos ramos de flores les encantarían a Estela y a mi mamá, junto con el pequeño osito de peluche para Estrella.

Mi familia siempre había sido unida y si bien desde que me mude nos veíamos con poca frecuencia el amor entre nosotros seguía intacto, mi novio era aceptado y mi madre le indicó que debían estar en contacto para planear bien mi cumpleaños el cual estaba pronto a llegar, pero debía asegurarse de que todo fuera sorpresa para mí, evite reírme pues solamente mi mamá trataba de organizarme un festejo sorpresa en mi presencia, pero era el primer cumpleaños que celebraría estando fuera de casa así que la dejaría hacer y como siempre fingiría estar totalmente sorprendido.

Los estudios estaban listos, la consulta nos daría un panorama de que tan pronto podíamos dar el siguiente paso en nuestra relación, pues cada vez nos costaba mas trabajo detenernos cuando comenzábamos a besarnos. Afortunadamente su estado ya era indetectable y aunque yo tenía pocos días siguiendo el tratamiento el riesgo de un contagio era muy bajo, además de que usaríamos el preservativo para estar mas seguros, pues era algo que Marco me dejo claro desde un principio, por mucho que el deseo nublara nuestros pensamientos sin protección no sucedería nada.

Axel: El universo te escucha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora