040

1.9K 132 56
                                    

Los Sentimientos Tienden A Cambiar Con El Tiempo

Ha pasado bastante tiempo desde la partida de Taemin. Lo esperé cada día como si fuera a venir por sorpresa en cualquier momento. Aunque, debo admitir que no fue fácil. Aún sigue siendo difícil, no veo el momento en el que llegue de la nada para quedarse.

Chanyeol sigue estando a mi lado aunque, últimamente está conociendo a una chica de un grado superior a la que le encanta hacer ruido por todos lados al igual que él. Me alegra que esté feliz.
Por otro lado, Minho no ha cambiado, sigue siendo el mismo chico de apariencia seria al que su pasatiempo favorito es cambiarme de apodo cada vez que pueda y tantas veces quiera.

Yoona sigue enojándose conmigo por lo torpe que sigo siendo, igual sé que en el fondo me adora.
Además, tenemos planeado que cuando acabemos la escuela iremos a la misma universidad juntas.

La escuela ha cambiado, no en mucho, pero ha cambiado.
Jessica sigue siendo la chica popular pero no tiene amigas.
Baekhyun es ahora alguien normal, por así decirlo, sigue sacando suspiros a las chicas pero ahora es más cálido con ellas a comparación de lo que solía ser antes.

En fin, mucho antes de todo, mis padres tenían planeado ir a pasar unas vacaciones familiares (probablemente solo serían unas dos o tres semanas) junto a los abuelos, quienes vivían en un condado, alejados de la cuidad.
Al inicio creí que sería una idea genial, fue así hasta ahora que se me fueron las ganas de ir a cualquier lugar.
Pero, no podía negarme ir con mis padres, ellos han cumplido todos mis caprichos de cambiarme de escuela cuantas veces deseé por tonta, que el negarme sería muy desconsiderado de mi parte.

Taemin al parecer no llegaría; la mitad de año está a punto de cumplirse y en el último mes no ha llamado ni ha escrito ni un solo mensaje.
No sé absolutamente nada de él, ni Minho, ni Yoona saben nada. Entonces, no debería tener ningún inconveniente en ir de viaje con mis padres. Sin embargo, no es algo que desee.

Para el fin de semana ya estaba con maletas en mano abordando un avión y preparándome para unas buenas horas de viaje en autobús para por fin llegar a la casa de mis abuelos.
Hasta hace unos instantes seguía creyendo que no deberíamos haber venido, pero todo eso se fue una vez que vi a mi abuela con los brazos abiertos esperando por mí con una sonrisa de oreja a oreja que era imposible no sentirme tan feliz de verla e imposible no despertar mis ocultas ganas de quedarme y no volver.
Los extrañaba.

Por la tarde salí a comprar algunas cosas que me habían encomendado para la cocina, pensé que sería divertido.
A unas calles de la casa había una pequeña bodega a la que no pude reconocer en un inicio, ya que era un joven quien probablemente tendría mi edad, el que atendía a los clientes y no la anciana que solía hacerlo en los tiempos que vine a este lugar.
Pero las cosas tienen a cambiar, aún así tuve curiosidad por la anciana.

Tomé la libertad de tomar un banquito y sentarme porque de hecho era la última persona en ese lugar.
El muchacho solo sonrió al verme.
Pero claro, era tan tonta. Debía pagar lo que tomé y no sentarme a pensar qué preguntaría primero.

—Lo siento —dije avergonzada.

—No te preocupes, siéntete cómoda. Lo pagarás luego de todos modos, así que no hay problema, a menos que, decidas escapar con esa mercancía sin pagar.

—Ay no, cómo crees esas cosas.

Él sonrió.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunté al ver que no diría más.

—John —respondió sonriente.

—Es un gusto John, mi nombre es (__).

—Ya veo, no eres de por aquí, ¿cierto?

Por favor, enamórate de mí | Taemin y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora