Por favor, enamórate de mí | Taemin y Tú

004

Sin haberlo siquiera pensado, el último día de clases que tanto anhelé ha llegado.
Por ser la escuela primaria, supongo que el irme de esta escuela no es difícil. Además, no me iré sola sino con mi mejor amiga y eso para mí es suficiente.

El Cambio De Escuela.

Las vacaciones han pasado en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, fueron las vacaciones más divertidas que tuve antes de estar a punto de entrar (justo ahora) por las enormes puertas de la secundaria Klyngton.

Dos días antes de que esto pasara, mis padres dijeron que la escuela es como una residencia para alumnos, o sea, hay habitaciones en la que los alumnos se quedan a dormir y bueno, todo un caso que nos asignarian al entrar.

— Y bien, (__), ¿Estás lista verdad? -dijo Yoona llegando justo a tiempo- porque si no lo estás no sé que haré, tú nos arrastraste a esto y...

— Yoona, cálmate que yo estoy más que lista, ¿de acuerdo? -sonreí- ahora entremos ahí y demos todo de nosotras y no nos separemos.

— De acuerdo, —suspiró— aquí vamos.

Y por fin estábamos dentro. El lugar, la escuela, ¡todo era más que perfecto!
No podía creerlo.

Yoona encontró luego el salón de admisión, entramos a preguntar lo que era obvio, las habitaciones que nos resultaban aún difícil de entender.

— Nuevas, ¿verdad? —preguntó el director.

— Sí, señor —respondimos al unísono.

— Bien, serán asignadas al cuarto 03. Se encuentra al ala este de la escuela, la regla es simple: el ingreso a sus habitaciones es hasta no más de las 11:30 pm, pasada la hora se cierran las puertas.
Si ocurre alguna emergencia y tuvieran que ir a casa terminada las clases, deben informar a su líder de cuarto y ella me dará su informe. Pero, no se preocupen esto solo es de lunes a viernes, el sábado todos regresan a casa si así lo desean.

— Entonces, el ala este es solo cuarto de mujeres, ¿verdad? —pregunté con mucha curiosidad.

— Es más que claro, señorita. Los muchachos tienen prohibido el ingreso a cualquier sección de los cuartos aunque, ya hubo percances con el cuarto 01 pero tengan por seguro que tienen una buena líder. Ahora vayan a clases.

— Muchas gracias —respondimos finalmente y nos retiramos.

Creo que todo estaba más que claro por fin además, supongo que la idea de dormir aquí me gusta.

Mi primera clase junto a Yoona sería ciencias, aunque luego de eso nos separaríamos porque ella tiene matemáticas y yo pues... música, algo en lo que definitivamente no soy buena en lo absoluto.

Cuando entramos a clase pude ver que estaba nada más y nada menos que Baekhyun con su linda sonrisa que nunca fue para mí, incluso ahora, cuando lo estoy mirando con la expresión más estúpida que puedo dar.
Porque aún soy invisible para él.

Durante clase solo me gané las miradas de enojo que Yoona me lanzaba de tanto en cuanto por pasar mirando solo a Baek sin prestar atención a la clase o a las preguntas que ella me hacía cuando no entendía qué es lo que el profesor dijo exactamente.
Pero, es que no lo he visto durante unos dos meses! Ella no entiende eso.

Finalizada la clase volvimos a los casilleros antes de separarnos. Yoona no paraba de sermonearme y yo estaba a punto de explotar así que, abrí de golpe mi casillero y de pronto oí otra voz decir "¡PERO QUÉ ES LO QUE TE PASA!" me sorprendí, esa voz se me hacía conocida.

Cerré lentamente la puertecilla y... oh por todos los cielos, era él.

— By-By-Byun yo... —empecé a retroceder— lo siento mucho, no quise darte con la puerta. Lo siento, lo siento.

— ¡¿Tú, de nuevo? ¡Pero qué tienes en la cabeza! Acaso... ¿Me estás siguiendo?

— No, no, no, —agité las manos rápidamente— nada de eso —no sabía qué más decir—. Me... voy —sonreí tontamente y salí corriendo.

— ¡Oye! —gritó enojado— ¡Esto no se quedará así!

— ¡Hey, (__). Al menos un hasta luego, ¿no?! —Gritó Yoona, antes de lanzarle una mirada fulminante a Baekhyun.

No respondí a lo que dijo. Mientras corría por ahí, volteé a ver una vez más hacia ellos porque de algún modo sabía que yoona le diría "su merecido" porque no le cae bien.

"¡Oye cuidado!" Escuché decir a alguien pero, no dejaba de mirar hacia atrás y entonces ocurrió lo que es obvio.

Caí sobre alguien derribando de por sí todas sus cosas al suelo pero mi mano... me di cuenta que estaba en un lugar que no debía.

— ¡Oh mi dios, lo siento! —saqué mi mano de donde estaba mientras giré a verlo. Era un chico muy lindo con cabello un tanto largo— ¡No fue mi intención! ¡Por favor, perdóname!
—junté mis manos en señal de súplica.

— ¡Eres una pervertida! ¡Qué crees que hacías!  —tomó mi brazo fuertemente.

— Lo siento, yo... recogeré todo esto antes de ir a clases —dije sin levantar la mirada.

— Deja eso, lo haré yo, vete de aquí
—replicó fríamente.

— Pero...

— Sólo vete antes que en realidad me enoje y te trate de una forma en la que en verdad no quisieras.

— Esta bien, —me levanté— lo siento
—dije una vez más y salí corriendo.