Parte 11: Resistencia

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11-Resistencia

**Stark**

Que dolor de cabeza...odio cuando mis esclavos se ponen a tocar música con sus flautas para animar el "ambiente". Anoche bebí demasiado en la bacanal....siempre termino igual. Medio desnudo y en medio de varios cuerpos jóvenes desnudos sedientos de placer. No se cansan nunca de estar ebrios por el éxtasis de sentir sus cuerpos entrelazados y más cuando deleito a alguno. Me ajusto mi túnica al levantarme de entre los cojines del suelo y voy saltando a los yacentes para salir de la sala y dirigirme hacia las celdas. Mi guardia personal sigue custodiando al capitán espartano que se resiste a ser sumiso después de todo. Es perfecto. Todo el coraje espartano reunido en un hermoso hombre. Me acerco a la celda para contemplarle de cerca. Tiene los brazos alzados por encima de su cabeza encadenados y atados a una cuerda que termina en el techo. Su cintura y tobillos están apresados de la misma forma y presenta varios cortes y quemaduras en su cuerpo sucio y desnudo por varias zonas, especialmente en la espalda, totalmente maltratada por los latigazos de mis siervos. Tiene el pelo enmarañado y pegado al rostro, el ojo cerrado, más el otro tapado con su roída tela y los labios entreabiertos respirando con dificultad. La barba ha resecado su piel y apenas se mueve. Está dormido o inconsciente, cosa que no debería permitirle.

Ordeno a los guardias que se retiren para descansar y cojo el látigo de encima de la mesa estirando las distintas puntas de cuero en mis manos. Me acerco al espartano y fijo mis ojos en su pene flácido rozándole uno de sus muslos. Separo sus piernas con mis manos lentamente y tanteo su ano con mis dedos para meter la punta del mango del látigo haciéndole despertar con un gruñido de dolor. Enseguida se remueve y le sujeto su cintura para frotar el mango dentro de su agujero masturbándole.

-Este es un buen despertar para un prisionero que se duerme sin permiso-

-Ahh! Maldito...cerdo...-

-Niega que esto te de placer...mira como se oprimen tus nalgas alrededor del látigo...es excitante....-

-Prefiero....ser ultrajado por un látigo que por un bastardo persa...-

Golpeo su próstata con el mango haciéndole gritar y veo como echa la cabeza hacia atrás intentando coger aire para respirar. Tiene la garganta tan seca que apenas puede salivar ni por placer. Saco el arma de cuero tirándola a un lado. No puedo excederme, no me gustaría que se le infectara el agujero. Tiro de su cabello para erguir su cabeza pero es inútil, está inconsciente de nuevo. Ju, ¿de verdad prefiere el látigo después de haber probado mi polla? Desde luego tiene valor...

Llamo a voces a los guardias para que le saquen de la celda y le den una ducha de agua fría para quitar la sangre y polvo de su cuerpo. Me apoyo en la pared notando aún los vapores del alcohol en mi cuerpo y me echo sobre mi lecho en mi dormitorio personal resoplando. En serio, no más alcohol, es superior a mis fuerzas...

Mis hombres no tardan en irrumpir en mi cuarto con el espartano encadenado y a rastras ya totalmente limpio. Les ordeno que le echen sobre mi lecho sin desposarle y me pongo a cuatro patas sobre su cuerpo desnudo observándole con detalle. No es tan fibroso para ser un espartano, es delgado, con músculos definidos pero estilizados, más propios de un ateniense. Aparto el cabello de su cara y veo la cicatriz que recorre su párpado izquierdo, cegándole. No tiene buen aspecto, la verdad...me arrepiento de haberle herido, esto deforma su hermoso rostro de porcelana. Me inclino a lamer su áspera barba desde su gaznate hasta la barbilla y le oigo gruñir levemente. Acaricio mi marca de media luna por encima de sus muslos y me sitúo entre sus piernas desnudas para tomarle. Él abre su ojo y se tensa intentando liberar sus muñecas de las esposas de acero inútilmente. Ve como me levanto la túnica hasta la cintura llevando con mi mano mi polla hacia su agujero y grita de rabia.

"Entre tus muslos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora