Parte 6: Exploración profunda

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6-Exploración profunda

**Byakuya**

Reposo la cabeza sobre la almohada cambiándola de lado para descansar un poco el cuello. Estoy tumbado boca abajo y desnudo encima de las sábanas, con pocas ganas de hacer nada. A mi lado se encuentra otro joven más pequeño que yo, jadeando entrecortado tras haber recibido una buena dosis de sexo. Tiene el cabello negro azulado, corto por detrás y largo por delante. Sus ojos son tan azules como los míos pero de una tonalidad más clara y sus rasgos más finos y delicados. Ishida Uryuu se llama. Apenas tiene 14 años y ya se ha convertido en el nuevo favorito de Aizen. Jamás pensé que llegaría el día en el que se cansaría de mí...han pasado dos años desde que estamos juntos y hace un mes que trajo a este chico diciendo que era una "sorpresa" que me reservaba para que yo pudiera perder la virginidad, vamos, que supiera que se siente al metérsela a un hombre y no recibir siempre. Por supuesto aizen sigue follándome, pero ahora tengo que compartir lecho con este crío y no me agrada en absoluto. En este momento Aizen se está ocupando de mí y está embistiéndome pausadamente desde atrás mientras yo miro al suelo perdidamente. Ni siquiera estoy excitado ni le interesa, quiero que termine de una vez para poder levantarme y vestirme...

Por fin eyacula dentro de mí con un gruñido de placer y saca su pene de mi interior dejándome libre. Se acomoda al lado de Ishida para besarle y acariciarle mientras yo me incorporo de la cama rodeando mi cintura con una toalla. Miro mi reflejo en el espejo y me doy cuenta de cómo he cambiado en este breve tiempo. Soy más alto aunque sigo siendo delgado y el pelo me ha crecido considerablemente. Sigo teniendo poco vello corporal, pero ya no soy un niño. Ya no soy tan deseable.

-¿Dónde vas Byakuya? ¿No te quedas con nosotros un poco más?-

-He quedado con un amigo y tengo cosas que hacer-

-No regreses tarde, cenaremos con invitados influyentes, entre ellos, tu abuelo-

Intento contener una mueca de asco de solo pensar en ese anciano. En estos dos años apenas se ha acercado a mí salvo para recordarme que he de obedecer a Aizen y dejarme adiestrar y cómo no, convertirme más en un romano ejemplar. No he olvidado a mi desaparecido padre que no sé si seguirá vivo o no, ni a mi adorada hermana, a la que aún tengo que sacar de su cautiverio. Escucho los gemidos del muchacho a mi espalda oyéndole susurrar sensualmente el nombre de aizen y me estremezco. Yo solía hacer lo mismo hace tiempo, realmente me hechizó...y aunque nunca he llegado a amarle con la misma intensidad que amé a Abarai Renji por ejemplo, le llegué a querer....y ahora me siento dañado en el orgullo al ver que ya no le intereso. ¿Ese es el amor tan especial entre hombres del que tanto me han hablado? Los adultos cortejan a sus jóvenes amantes para amarlos de por vida, no para desencantarlos con el paso de los años...pero claro, el papel activo que siempre ha tomado Aizen poseyéndome está bien visto tanto en la sociedad griega como la romana, mientras que mi postura de pasivo es degradante y afeminada. Lo que haga el activo con sus pasivos es cosa suya, nadie le castigará por deshacerse de sus "posesiones" cuando desee. No digo con todo esto que Aizen sea un hombre cruel, porque siempre me ha respetado y permitido seguir mis costumbres griegas, nunca me ha forzado a nada. Por eso duele. Me humilla muchísimo.

Me doy un baño rápido y me pongo la túnica sin la toga para salir por las calles de la ciudad dirigiéndome al foro, donde los mercados abundan y se puede comprar cualquier cosa o simplemente hacer reuniones para discutir sobre sociedad y política. Allí me encuentro apoyado en una de las columnas del templo dedicado a "Júpiter" (Zeus para los griegos) a mi mejor amigo, Kira Izuru, esperándome. Kira es sorprendentemente bello. Tiene el cabello rubio y brillante, unos ojos azules grandes y unos rasgos hermosos a juego con su pálida piel. Todos los hombres se giran a mirarle cuando me sonríe y se acerca a mí corriendo. Él pertenece a una familia de patricios (gente de la nobleza) que aunque no tienen un estatus tan elevado como los senadores en el caso de mi familia, son un foco importante y un pilar en la sociedad romana.

"Entre tus muslos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora