Parte 21: Entre tus garras

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21-Entre tus garras

**Ichigo**

Me visto lentamente sumido en mi tristeza incapaz de ver el reflejo en el espejo. Estamos en Roma...quien diría que terminaría viniendo a esta odiosa ciudad siendo esclavo de un mercader....tampoco puedo quejarme mucho del trato que me da Urahara, se limita a reclamarme en el lecho cuando le viene en gana pero siempre me trata con cariño...no me gusta ser su favorito, tiene un montón de esclavos bonitos para consolarse ¿¿Por qué yo?? Dioses...como me gustaría estar en medio de una batalla junto a mis hombres con tal de no estar aquí...

-¿Kurosaki?-

Miro finalmente al espejo viendo a mi espalda a un joven rubio de ojos castaños muy parecido a mí. Tesla se acerca para ayudarme a atar mi túnica sobre uno de mis hombros y me sonríe dulcemente.

-Tienes que estar perfecto, hoy nos sacan de paseo-

-¿A dónde? ¿Urahara va a exhibirnos como trofeos de nuevo?-

-Vamos a ver un espectáculo de gladiadores. Es lo mejor de Roma, nunca he visto uno antes-

-Tesla ¿Cómo puedes aceptar tu condición con tanta naturalidad? Eres hispano ¡arrasaron vuestras tierras y masacraron a los tuyos! Yo en tu lugar estaría ardiendo de ira por dentro-

-Y lo estoy...no te dejes engañar por mi apariencia, algún día me vengaré....y no querrás estar presente para verlo. Escaparé y regresaré a mi país, junto a mis hombres...un hispano jamás se someterá a Roma. No seré el primero-

Le sonrío ante su firme decisión y me guiña un ojo cogiéndome de la mano para salir fuera del dormitorio y encaminarnos al patio donde los soldados están preparando todo para ir al coliseo. Tesla termina de trenzar mi largo cabello adornándolo con una cinta y Urahara no tarda en aparecer posando sus manos en nuestras cabezas como saludo.

-Me encanta veros contentos, estáis relucientes. ¿Nos vamos ya? Os aseguro que lo disfrutaréis, todos los romanos enloquecen con estos espectáculos-

Monto en un caballo junto a Tesla y tras recorrer unas cuantas calles de la ciudad llegamos hasta el Coliseo dejándome anonadado por la belleza arquitectónica. Al menos para construir son hábiles...aunque no tanto como los griegos. Urahara nos hace subir por unas escaleras hasta un palco desde donde se ve toda la arena y la muchedumbre gritar agitada expectante por el comienzo del espectáculo. Tesla y yo nos acercamos a la barandilla de piedra para verlo más de cerca observando cómo van saliendo los gladiadores para ponerse frente al palco principal donde se encuentran los senadores y generales. Hacen un saludo emitiendo un grito de guerra y se colocan por parejas para empezar las batallas. Veo cada movimiento que hacen y puedo distinguir quienes son romanos o prisioneros de otros países. La forma de mover el cuerpo y manejar la espada dice mucho de un guerrero, en especial de uno que lleva el yelmo típico griego tapando su rostro y una espada de metal pesada con la que golpea el escudo de su enemigo sin tregua. Termina atravesando el cuerpo de su contrario emitiendo un rugido salvaje y el moribundo cae desplomado sobre la arena ensuciándola con su sangre. El del yelmo alza su puño victorioso dejándose llevar por los vítores, pero se pone en guardia cuando otro guerrero con una red y un tridente se lanza hacia él por la espalda sorprendiéndole.

Siento el corazón en un puño cuando el hombre del tridente ataca a su adversario clavándole una de las puntas en el yelmo, arrancándoselo de la cabeza mostrando su rostro. Jadeo impresionado al ver al mismísimo Grimmjow con el rostro contraído de ira, el cabello cortado y su cuerpo tensionado por la ferocidad del momento. Por Zeus...he esperado tanto este momento....que no puedo evitar gritar enloquecido su nombre alzándome en toda la multitud para ser oído.

"Entre tus muslos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora