"Entre tus muslos"

Parte 12: Derrota por placer

12-Derrota por placer

**Starrk**

Me remuevo en sueños al notar como alguien está acariciando mi brazo y gruño molesto intentando volver a conciliar el sueño.

-Mi señor...tiene que despertarse, hay visita-

Gruño con más fuerza aún apartando su mano con un brusco movimiento de mi cuerpo y me quedo tumbado boca arriba restregándome los ojos. A mi lado está el espartano durmiendo, estará agotado con la dosis de sexo a la que le sometí anoche, no me extraña...estaba claro que él no me acariciaría tan suavemente como lo está haciendo Yylfordt. Me incorporo sentándome y apoyo mis brazos sobre mis piernas mirando al joven rubio.

-¿Quién molesta a estas horas?-

-Señor, ya es mediodía. Un emisario de Roma-

-Por Zeus, que pesados son estos romanos...-

Cojo mi túnica para tapar mi desnudez y veo como en las sábanas hay restos de sangre seca. Veo la espalda herida del capitán espartano y giro mis ojos hacia mi subordinado que capta la indirecta.

-Aséalo. Oblígale a ponerse nuestras ropas para que ande por el palacio.-

**Yylfordt**

-Como ordene...-

En cuanto mi señor sale de la estancia me acerco al espartano para zarandearle y despertarle. Gruñe dolorido al tener que moverse y le agarro por los brazos para girarle poniéndole de lado. Paso unas toallas húmedas sobre sus heridas tras la flagelación y solo noto de vez en cuando como se tensa cada vez que le hago daño, pero no emite ni un quejido.

-Los espartanos sois duros de pelear...mis hombres ya estarían quejándose por un simple rasguño-

El afectado no dice nada y sigo con la cura y limpieza. Le ayudo a incorporarse tras vendarle el pecho y le dejo apoyado sobre el cabecero de la cama haciéndole sisear de dolor cuando su espalda toca la pared. Pido a los esclavos que traigan material de aseo y cojo una navaja con espuma para embadurnarle la cara y afeitarle la barba.

-Tienes suerte de que sepa algo de medicina, ese ojo necesita tratamiento. Al menos para que puedas abrirlo, aunque no te garantizo que veas por él-

Me revienta que no diga nada. No es que me esté ignorando, pues tiene su ojo puesto en cada uno de mis movimientos. Termino la labor y cojo las prendas que han dejado sobre la mesa para vestirle.

-Starrk te prefiere tener desnudo pero corres el peligro de que cualquier esclavo u otro guerrero entre y haga lo que quiera contigo. ¿No te defenderías espartano? No puedo quitarte los grilletes... ¿te has dado por vencido eh? ¿Qué pasaría si yo te tocase?? –

Desciendo mis largos dedos por su pecho bajando hasta su vientre y termino rozando la punta de su flácida polla haciéndole estremecer. Me relamo los labios al sentir el grosor en mi mano y le miro con ojos deseables.

-No es como la de Starrk, pero tengo curiosidad de probar un espartano... ¿sabrás distinto que un persa? He probado a varios griegos...pero vosotros sois la élite bruta de nuestra sociedad, seguro que sois los encargados de repoblar la patria en el caso de peligro de extinción....-

Agacho mi cabeza entre sus piernas y engullo su polla en mi boca para endurecerla con mi saliva. Acaricio sus testículos haciendo que se hinchen por el placer y un gruñido seco muere en sus labios cuando empiezo a subir el ritmo de mi experta lengua envolviendo su glande. No hay amante que se me resista, soy el mejor haciendo felaciones...me pongo cachondo de solo sentir las venas abultadas de su glande dentro de mi boca, está a punto...pero no quiere. Se está resistiendo. Noto como me engancha del pelo para intentar apartarme, aunque no lo hace con violencia como estoy acostumbrado, sino como una súplica para que le deje. Me retiro sacándome su polla de mi boca saboreando solo unas pequeñas gotas de su semen y veo que me mira con compasión. Eso me confunde.