"Entre tus muslos"

Parte 22: En tu poder

22-En tu poder

**Tesla**

Bajo a los subterráneos del coliseo evitando a los guardias hasta llegar a escurrirme a una de las celdas donde encuentro a Nnoitra aún con la mano sobre la cuenca de su ojo maldiciendo en voz baja mientras la sangre hace un reguero en el suelo. Me acerco despacio a él buscando algo limpio y cojo una toalla más o menos decente para meterla en el cubo de agua e inclinarme a su lado para pasarla por su rostro.

-Tú....-

-Ha pasado mucho tiempo, Nnoitra. Casi no lo cuentas....-

Nnoitra me engancha del cuello mirándome lleno de ira pero relaja su brazo al ver que apenas me inmuto y golpea la pared como un animal.

-¡MIERDA!! Ese cabrón persa....lo mataré....¡¡lo descuartizaré mientras duerma!!-

-No sirve de nada vengarse...el ojo no volverá a la cuenca-

-Cállate Tesla o cogeré uno de los tuyos para cosérmelo-

Sonrío al ver que recuerda mi nombre e ignoro su amenaza consiguiendo apartar la mano de la herida para poder pasar la toalla por encima con cuidado retirando la sangre. Se queda en silencio durante el rato que le curo, observando mis movimientos y cuando termino me sorprendo al sentir su mano acariciando uno de mis ojos.

-¿Qué haces aquí? ¿No tienes amo?-

-Sí. Seguramente esté buscándome, pero no importa-

-Te matará si te encuentra aquí-

-¿y eso cambiaría algo? Los esclavos somos comparados con estiércol, nuestra vida no tiene valor-

-Como la de los gladiadores...cuando somos mutilados ya no servimos para nada....no tardarán en venderme-

-¡Pero te has ganado favores todo este tiempo! un ojo no significa que estés derrotado ¡aún puedes luchar!!-

-¡¡porque eres tan insistente!!! ¡Te importa una mierda lo que yo haga, hispano!!!-

Otra vez siento la locura de Nnoitra en mi cuerpo, más bien sus manos estrujando mis hombros zarandeándome. Realmente es peligroso cuando está así, esos cambios de humor tan repentinos que tiene le hacen especial....cuando le conocí en galeras nadie se atrevía a acercársele...mordía y golpeaba a todo aquel que ni siquiera le mirarse, todos salvo yo...jamás le tuve miedo, me daba lástima...y poco a poco fui ganándome su confianza. Para mí era fuerte y temido, realmente me atraía. Aún lo sigue haciendo, si él muere...perderé el único vínculo que me ayudó a sobrevivir cuando me convertí en esclavo. Urahara nunca se ha sobrepasado conmigo, pero estoy harto de ser un perro...añoro mi país y mi libertad, jamás lo pasaré por alto. Veo la daga que lleva en el cinto y la cojo posándola sobre mi mejilla, arañándola mientras subo hasta mi párpado lentamente.

-¿si te doy mi ojo, seguirás luchando? No me importa perderlo con tal de que sobrevivas....-

-Estás loco chico....de verdad que tu rostro afeminado no se compara con tu locura-

-Podría decir lo mismo de ti ¿no crees?-

Nnoitra me golpea el brazo haciendo que suelte el arma y me abraza dejándome paralizado. Noto como sus manos se hunden en mi cabello con fuerza y se queda observando mis ojos brillantes.

-Me gusta verme reflejado en esos ojos castaños...no te mutiles. Con eso no conseguirás mi favor...-

-Eres obstinado...sigues sin aceptar que nadie se acerque a ti-

-Te dejo a ti, es suficiente-

-Nnoitra...-

Me desprendo de mi túnica quedándome desnudo ante él viendo como su ojo sano me observa con incredulidad. Cojo sus manos para obligarle a pasarlas por mi pecho y le miro con lujuria en silencio.