Capítulo 19

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yo no… no puedo- comienza a alejarse, pero las próximas palabras de ella lo frenaron-
no puedo pararlo, porque de verdad deseo esto-

-jodida mierda- en un movimiento exageradamente rápido rasgó su camisón dejándola expuesta- te he deseado desde el primer momento en que te vi-

Frente a frente, se miraron a los ojos, retándose en silencio a que dieran el primer paso.  El hombre reaccionó abrazándola y buscando su boca para fundirse en un beso que los dejó extasiados.
Asiéndola de las nalgas, la alzó para tenerla a la
misma altura y poder besarla por todas partes: el cuello, la mandíbula, la clavícula, los pechos, las cicatrices…

Ella se abrazó fuerte a él, tragándose el deseo y probablemente el llanto.
Estaba especialmente emotiva, sentimiento que aumentaba conforme lo hacía su excitación. Era
como si durante toda su vida hubiera estado anhelando un momento así, pero las circunstancias le habían arrebatado la esperanza de encontrarlo. Hasta ahora.

Sean se detuvo a mirarla. Había mucho más que deseo en sus ojos. Trepó por su cuerpo para buscar su boca, pero se entretuvo antes por el camino cuando un pezón le pidió a gritos un mordisquito.

Así, mientras sus gemidos morían en la boca del otro, dejaron que las manos hablaran,
que fueran ellas quienes iniciaran una conversación que no sabía de palabras. Eran ahora sus caricias apremiantes, sus susurros secretos de amantes, sus jadeos declaraciones de
intenciones… Hasta que supieron que había llegado el momento de unirse, de formar un
todo.

Fue una unión lenta, suave, dulce. Eran sus embestidas pausadas, provocando que ella
se arqueara lánguidamente al recibirlas, como si quisieran eternizar el momento, como si
el amanecer no estuviera esperando a la vuelta de la esquina, como si tuvieran todo el
tiempo del mundo.
Pero no lo tenían.
Tal vez ambos pensaron lo mismo a la vez, porque se miraron a los ojos y, un instante después, dieron rienda suelta a la pasión y comenzaron a aumentar el ritmo. Y cada vez más y más, hasta que ninguno pudo ya frenarlo. Hasta que ella comenzó a gritar cuando el placer la atravesó en un orgasmo atípico por su intensidad; hasta que él, preso de
convulsiones, gritó su nombre en el silencio de la noche mientras se derramaba.

Se miraron mutuamente mientras ella contaba los latidos de su corazón. Contó hasta veinte antes de que él le dedicara una sonrisa. La tensión se rompía en el escaso aire
que había entre ambos.

—Eres tan hermosa, muchacha —dijo tomándole la mejilla con la mano y dándole un leve beso en los labios antes de que ella pudiera protestar—. Piernas
largas, hermoso pelo —añadió, deslizando su mano por la cabeza de Eire, dejando que sus dedos recorrieran los
mechones sedosos—, y con fuego en los ojos. He
visto muchas muchachas bonitas, pero no creo haber encontrado una como tú. Me haces pensar que puedo descubrir partes de mí que no conozco. ¿Qué voy a hacer contigo? —concluyó, esperando con sus labios a pulgadas
de los de ella. Pero de un momento a otro la expresión satisfecha y risueña del Laird cambió para dar paso a una mirada de preocupación y de arrepentimiento quizá dejándola desconcertada.

-esto no debió pasar- las palabras fueron como un jarrón de agua fría para ella- no debimos dejarnos llevar así, po… podría haberte dejado embarazada y yo...yo-

Entonces fue momento de Eire de salir del letargo del placer para darse cuenta de su
error.

-mierda, mierda, mierda- comenzó a levantarse de la cama para buscar su camisón o lo que quedaba de el- tiene razón, esto fue tan estúpido de mi parte-

-muchacha- ni siquiera lo oyó debido al ataque de pánico que estaba sufriendo- muchacha- esta vez lo dijo más fuerte mientras la tomaba de los hombros para que lo mirara- fue una estupidez por parte de los dos, yo debí frenarme, pero es que te deseaba tanto- trago saliva audiblemente haciendo que la manzana de adán se moviera de manera
provocadora- aún lo hago, pero ten por seguro que, si llegaras a quedar embarazada, te
daría a ti y a mi hijo todo lo que tengo-

-pe…pero como puede decir eso? - ello lo miró atónita- ni siquiera nos amamos, ¿Cómo
podríamos darle una vida estable a un hijo? -

-el amor es algo pasajero muchacha- una sombra de tristeza cruza su rostro- ve a tu habitación por favor, esto no se volverá a repetir-

Feliz año nuevo, gracias por todo el apoyo, los comentarios bonitos que me han dejado en la historia, espero que su año entrante esté lleno de dicha y bendiciones, nos vemos en el 2019, l@s amo.

EIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora